La personalización lleva mucho tiempo siendo importante en el mundo del automóvil. Pasada la moda del tuning de principios de los 2000, los fabricantes vieron el potencial y han empezado a dar muchas opciones de fábrica. Sin embargo, no son las mismas las que puede ofrecer una marca generalista que una prémium o una de lujo.
Es en estas últimas donde hay extras más peculiares y, sobre todo, caros, algo que los clientes no suelen dejar pasar. Llaman la atención, sin embargo, los niveles de gasto a los que se puede llegar.
Según ha podido saber Bloomberg, en el caso de Bentley los clientes se gastan una media de 39.000 euros en extras para sus coches.
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Esto, de hecho, es clave para que la compañía británica esté consiguiendo unos beneficios muchísimo mayores que los que registraba hace tan solo unos años.
Quien fuera consejero delegado de la marca, Adrian Hallmark, comentaba al citado medio: “Con sólo unos pocos miles de automóviles más de los que vendíamos en la década de 2000, ahora estamos obteniendo de tres a cuatro veces más ganancias por año”.
Y es que esos 39.000 euros de media en extras son solo la punta del iceberg, ya que corresponden a las opciones de fábrica. Sin embargo, el fabricante ofrece a sus clientes un nivel todavía mayor de exclusividad gracias a su división de personalización Mulliner, con la que prácticamente pueden hacer el coche a su completo gusto, pagando un precio, por supuesto.
No es algo que importe en demasía a los clientes de la marca, puesto que según el propio Hallmark, el 70% de los coches que salen de sus líneas de producción cuentan con mejoras obradas por Mulliner.
Un negocio al alza
Dentro de la larga trayectoria de la casa británica, el recorrido de la división de personalización ha sido corto, pues en 2024 cumplirá 10 años en activo. Además, su despegue fue bastante lento, puesto que llevó siete años, desde 2014 a 2021, conseguir los primeros 1.000 encargos por parte de clientes.
Sin embargo, a partir de ahí el crecimiento ha sido enorme: en 2022 tuvo 500 pedidos y en 2023 la demanda volvió a subir otro 43%.
Eso ha contribuido en gran parte a que el año pasado, con unas ventas globales de 13.560 unidades, la marca registrara unas ganancias de 2.938 millones de euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.