Hace unos días, llegó a las redes un vídeo en el que se veía a varios jóvenes circulando por la carretera catalana C-32 a la altura de Mataró. Lo que parecía una celebración de un acontecimiento especial se podría convertir, en cuanto sean identificados, en un motivo de causa penal.
Y es que en los vídeos se ve como los ocupantes a bordo de varios coches se sientan en el marco de las ventanillas de los vehículos, sacando medio cuerpo por fuera. No es solo uno: hay por lo menos media docena de jóvenes en esta posición.
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Los Mossos d’Esquadra están trabajando para identificar a estos jóvenes de la C-32 por conducción temeraria. En las imágenes se pueden ver a la perfección las matrículas de los coches e incluso las caras de algunos de ellos, aunque a lo lejos. El conseller de Interior de Cataluña, Joan Ignasi Elena, está convencido de que los Mossos no tardarán en identificar a los autores de estos hechos, que tienen “dimensión penal”.
No es la primera vez que los conductores registran este tipo de conductas. A principios de año, unas jóvenes fueron grabadas sacando el cuerpo por la ventanilla del coche para tomar instantáneas del paisaje. La normativa de tráfico prohíbe salir o asomarse por las ventanas del vehículo mientras este circula, obviamente por los peligros que conlleva este gesto.
Delito por conducción temeraria
Además, esta imprudencia se puede acabar convirtiendo en un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. Las consideradas infracciones de este tipo acarrean 500 euros de multa. Si llegan a la categoría de delito, las penas son más serias.
De primeras, las penas por cometer un delito por conducción temeraria son penas de prisión de entre seis meses y dos años, además de la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante uno o seis años. Si el delito fuese agravado, las penas de prisión aumentan de los dos a los cinco años, las multas de los 12 a los 24 meses y no poder conducir, entre los seis y los diez años.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.