Un eléctrico con carácter de GTi

El i3 es el primer modelo a pilas de BMW. Un utilitario que combina altas prestaciones y hasta 200 kilómetros de autonomía.

Compacto y extravagante por fuera, amplio y sostenible por dentro, y con la respuesta contundente que se espera de un BMW. Pero en este caso con más mérito, por su mecánica de pilas. Así es el i3, el primer eléctrico de la marca alemana, un GTi de baterías que sale a la venta en España el 14 de noviembre con precios desde 35.500 euros, 30.000 si siguen las ayudas del Gobierno a los vehículos eléctricos. Y ya tiene 8.000 reservas en firme solo en Europa.

Hay varias formas de hacer un coche eléctrico. La más sencilla es adaptar uno convencional (Renault Fluence ZE); también se puede diseñar desde el principio de forma modular, para poder montar cualquier mecánica, clásica o eléctrica, sin apenas cambios (nuevo VW Golf). Por último, se puede partir de cero para optimizar sus ventajas (menor tamaño de la mecánica) y aprovechar al máximo el espacio (Nissan Leaf).






Esta última es la elegida por BMW en su nuevo modelo, pero aderezada con ingredientes exclusivos que realzan sus valores. El primero es crear una marca propia i para englobar sus coches eléctricos. El segundo es aplicar las tecnologías más innovadoras, como una carrocería de fibra de carbono, para reducir el peso y mejorar la eficiencia. Y el tercero es adoptar un motor más potente (170 CV) para ofrecer prestaciones superiores. El resultado es el coche eléctrico más avanzado y con mejor rendimiento: alcanza 100 km/h en 7,2 segundos (6,5 un Golf GTi de 220 CV) y ofrece hasta 200 kilómetros de autonomía.

El primer eléctrico puro de la marca alemana es un vehículo peculiar en todo. Lo primero que sorprende es la línea, muy diferente a la de cualquier BMW. Adopta una silueta monovolumen bastante particular en la que destaca el frontal, lo único que le identifica con la casa. Pero la vista lateral está plagada de ángulos y asimetrías, como la ventanilla trasera, que va más baja y forma un escalón. Y añade una zaga de cintura alta —mucha chapa y poco cristal— que junto a las aletas, aporta un estilo robusto y deportivo. Pero el conjunto tiene una imagen más futurista que atractiva y un planteamiento más funcional que seductor, aunque disfruta el intangible del escudo de BMW, un teórico valor social.






Otra particularidad del i3 es la arquitectura, con las puertas laterales de apertura en compás, menos prácticas de lo que anuncian. Añade un diseño interior atípico, tanto en sus trazos y formas como sobre todo en los acabados, porque adopta materiales reciclados para realzar su sostenibilidad, que en casos como los paneles de las puertas y la zona superior del salpicadero (fabricados con botellas de plástico reutilizadas) no tienen la presencia que se espera de BMW o de cualquier coche de su precio. En cambio, a pesar de medir 3,99 metros (menos que un Seat Ibiza), ofrece una habitabilidad desahogada, sobre todo en longitud. Como el motor eléctrico va detrás y ocupa poco, y las baterías están debajo del piso, entre los ejes, el espacio para las piernas es como el de una berlina grande, aunque con solo dos plazas posteriores. El maletero (260 litros) no sorprende, pero es un coche de ciudad que por su autonomía no sirve para viajar. Y si hace falta llevar bultos grandes, permite plegar los respaldos y llega a 1.100 litros.






Se vende en dos versiones, ambas con un potente motor eléctrico de 170 CV y baterías de ion litio de 22 kWh (24 kWh en el Nissan Leaf). La primera (desde 35.500 euros) ofrece una autonomía variable de 130 a 160 kilómetros en tráfico diario normal y con el programa de conducción Comfort, según BMW. Y suma 20 kilómetros más acumulables, con cada uno de los modos de ahorro, Eco Pro y Eco Pro +, hasta llegar a 200. Pero hay otra versión Range Extender (39.990 euros y 34.490 con las ayudas al coche eléctrico), que añade un pequeño motor bicilíndrico de moto (650 cc.) para cargar las baterías en marcha. Y permite recorrer 100 kilómetros más, hasta 300.

El i3 viene de serie con seis airbags, ABS, control de estabilidad, climatizador, navegador, ayuda al aparcamiento con sensores traseros… Los precios incluyen las baterías, que tienen ocho años de garantía o 100.000 kilómetros.



Rápido, pero con carencias prácticas


Eléctrico, pero rápido y divertido. La combinación entre un potente motor de 170 CV, un peso ajustado de solo 1.195 kilos gracias al empleo masivo de materiales ligeros —chasis de aluminio, carrocería de plástico reforzado con fibra de carbono, piezas de magnesio— y un centro de gravedad muy bajo —las baterías van debajo del piso— convierten al i3 en un GTi urbano. Y sorprende por su contundencia. Así, responde al acelerador con poderío, porque al contrario que los motores térmicos, entrega la potencia máxima desde el primer instante. Y ese comportamiento permite disfrutar más la conducción en ciudad, porque es muy ágil en todos los territorios: hace un giro completo en 9,8 metros y alcanza hasta 150 km/h (donde se permite).

El aspecto práctico está menos logrado y presenta carencias molestas en el día a día. Por ejemplo, las puertas traseras están bloqueadas hasta que no se abren las delanteras y para salir desde atrás, los pasajeros de delante tienen que desabrocharse los cinturones.



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