Cuatro de cada diez coches que se han vendido en el mercado español entre compradores particulares hasta el pasado mes de octubre corresponde a la tipología SUV. Los todocaminos están de moda (algunos expertos pronostican que será mucho más que eso y que la tendencia apunta al largo plazo) y las marcas están ampliando su oferta de manera significativa para atender las necesidades de sus potenciales clientes.
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Sin embargo, la propia inercia no debería ser suficiente para que un SUV satisfaga las exigencias de cualquier usuario. No siempre tiene que ser la mejor alternativa y conviene tener en cuenta una serie de criterios básicos para acertar en la adquisición, quizá no sea el coche que todo el mundo necesita…
Te atraen otras carrocerías
La estética del vehículo es uno de los argumentos principales que esgrimen muchos compradores de SUV. Son coches aparentes, en cualquiera de los segmentos o tamaños, de diseño atractivo en la mayoría de los casos y en algunos casos se utilizan incluso como un símbolo de posición social o económica. Pero indudablemente existen otras configuraciones de carrocería igualmente convincentes en este sentido, un todocamino no tiene que ser siempre el coche más bonito que se pueda comprar, habrá quien se apasione por un deportivo cupé, el encanto de un descapotable o la representatividad de una lujosa berlina
Hay otros coches espaciosos
Es cierto que, por la configuración de su carrocería, los SUV suelen ofrecer por lo general una buena habitabilidad. Pero si necesitamos espacio, los clásicos monovolúmenes son una opción a tener muy en cuenta, en muchos casos por su diseño ofrecen mayor capacidad interior, incluyendo maleteros más amplios y aprovechables.
El triunfo de la funcionalidad
En el mismo sentido, si se prioriza la funcionalidad interior existen muchos coches de estilo monovolumen que superan a la mayoría de los todocaminos. Asientos modulables y desplazables, banquetas individuales en las plazas traseras, más huecos para pequeños objetos… Detalles que pueden suponer un valor añadido para una utilización familiar del vehículo y que no están siempre presentes en los SUV.
Ahorro en combustible
La eficiencia de los SUV está realmente conseguida, aunque no más que en el resto de los coches. Si lo que necesitamos ante todo es un automóvil que consuma poco combustible, no se trata de la alternativa más aconsejable por cuestiones de dimensiones, peso o aerodinámica. Evidentemente no gastan tanto como un clásico todoterreno, pero sí más que turismos equivalentes con una configuración más ajustada al ahorro de gasolina.
Seguridad real o percibida
Hay conductores que se sienten más protegidos en un SUV por estar en un coche más grande, más alto, con más carrocería… Los modelos actuales disponen de las mismas soluciones de seguridad que el resto de los segmentos, sin embargo el propio concepto del vehículo (altura, peso, suspensiones y neumáticos) se traduce en mayores balanceos de la caja, inercias importantes o distancias de frenada más largas. La seguridad está garantizada en todo caso, sin duda, pero estos condicionantes deben ser tenidos en cuenta por aquéllos que coloquen la seguridad en el primer puesto de sus razones de compra.
¿Te gusta conducir?
Todo lo anterior es aplicable al dinamismo del vehículo. Algunos SUV son más efectivos que otros en este aspecto, dependiendo de la marca e incluso del modelo, pero por lo general su conducción es menos gratificante que la de un turismo equiparable. Para aquéllos a los que les guste disfrutar de la carretera, de una conducción con matices deportivos, existen opciones más solventes que un todocamino.
Precio algo más elevado
Por lo general, un SUV tiene un precio más alto que un turismo equivalente dentro de la misma marca. Por ejemplo, entre versiones similares (por motorización y equipamiento) de un Seat Ateca y un León existe una diferencia de cerca de 800 euros. Además, a la hora de encontrar una oferta interesante sobre el precio recomendado por el fabricante es más sencillo en productos que hoy tienen menos aceptación que los que están en la cresta de la ola en ventas. Por tanto, si se busca una la alternativa económica dejando en un segundo plano el resto de características del modelo, un turismo convencional resulta casi siempre más ventajoso.
Utilización fuera del asfalto
Pocos usuarios de un SUV lo conducirán alguna vez fuera del asfalto, entre otras cosas porque la mayoría de los modelos no están adaptados para hacerlo. Quizá algunos se dejen seducir por la idea de recorrer unos cuantos kilómetros por una pista sencilla y comerse una tortilla a la sombra de un árbol, pero si no nos sentimos atraídos en modo alguno por esta propuesta, el todocamino pierde así otro de sus encantos. De hecho, con un turismo convencional y cierta prudencia es posible circular fuera de la carretera de la misma forma que se hace con un SUV de tracción delantera y carrocería con poca más altura libre al suelo.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.