Z-Triton 2.0: bicicleta, barco y caravana, todo en uno

Tras dos años de desarrollo, la versión de producción es una realidad y tiene un precio, sin incluir impuestos, de 14.500 euros.

Z-Triton 2.0

El Z-Triton 2.0 tiene 50 km de autonomía en tierra y 20 adicionales en el agua.

Vehículos peculiares hay muchos, pero pocos han combinado en la historia conceptos tan dispares como el Z-Triton 2.0: es una bicicleta, pero también un barco y, además, cuenta con espacio para actuar también como caravana. Su precio estimado, sin incluir impuestos, es de 14.500 euros, dependiendo de la especificación elegida.

La historia detrás del proyecto comenzó hace unos años cuando Aigars Lauzis, fundador y consejero delegado de la compañía, hizo un viaje en bicicleta desde Londres a Tokio, recorriendo más de 30.000 kilómetros.

Lauzis explica que, aunque su montura le sirvió durante todo el trayecto, tenía una cantidad de pegas considerable: poco espacio para llevar equipaje, tener que levantar todos los días la tienda de campaña o el hecho de no poder atravesar ríos.

De esta manera, volvió a Reino Unido con la idea de crear un vehículo que solventara esas taras. Para ello fundó una compañía que desarrolló el Z-Triton, una peculiar mezcla entre bicicleta, barco y caravana. El prototipo se presentó en 2020, se hizo viral e incluso consiguió los primeros pedidos, así que se pusieron a trabajar en el modelo de producción, que acaba de presentarse con el apellido de 2.0.

A pesar del rediseño y de la mejora general en los materiales y la tecnología, el modelo sigue siendo fiel al concepto original y puedo operar en tres modos.

De bici a barco

Como bibicleta (o trike, ya que tiene tres ruedas) actúa como una eléctrica de pedaleo asistido. El usuario tiene que mover las piernas, pero cuenta con el apoyo de un pequeño motor eléctrico, que limita el esfuerzo moverla y, sobre todo, ayuda al subir pendientes. Cuenta con un asiento ajustable, suspensión trasera y frenos de disco hidráulicos para hacer los viajes lo más cómodos posibles.

Pasar de dicho formato al de barco es un proceso bastante sencillo que no lleva más de cinco minutos. Una vez plegadas las ruedas, se hinchan los inflables y se colocan en los laterales, que aportan más flotabilidad, y por último se baja un pequeño motor eléctrico con una hélice para poder navegar.

La compañía anuncia una autonomía de 50 kilómetros operando como bicicleta y otros 20 como barco, pero en cualquiera de los dos casos, si la batería se termina, se puede continuar con el esfuerzo humano, ya sea pedaleando o remando. Además, en el techo dispone de paneles solares para ayudar a aumentar el alcance.

Por último, como cámper se trata de un modelo de dimensiones muy reducidas, pero se las apaña para que puedan dormir dos personas. Cuenta con varios huecos portaobjetos en los que entran dos mochilas y, además integra incluso una pequeña cocina.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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