Dos años después de su presentación, en la que se anunció incluso una copa monomarca que se celebraría en Dubái, el Zarooq SandRacer GT500 se ha hecho realidad. Se trata de un todoterreno de altas prestaciones diseñado para circular en prácticamente cualquier tipo de superficie, que además será de lo más exclusivo: solo se fabricarán 35 unidades cuyo precio excederá los 400.000 euros y que, de momento, solo se venderán en los Emiratos Árabes.
El prototipo era bastante prometedor, pero el modelo final ha sufrido modificaciones que lo mejoran en algunos aspectos… y lo empeoran en otros. Estéticamente está casi inalterado, con una imagen que es la contundencia hecha automóvil, con enormes protecciones inferiores, unos pasos de rueda sobredimensionados y una silueta que optimiza su aerodinámica. El primer añadido que supone un punto positivo es la presencia de una suspensión de competición Intrax con 45 centímetros de recorrido, lo que permite llevarlo a ras de suelo sobre el asfalto y crear una considerable distancia libre al salir de la carretera.
El concept prometía una mole de peso bastante contenido, solo 1.000 kilos, que estaría movida por un propulsor 3.5 V6 que desarrollaría una potencia de entre 309 y 507 CV enviados directamente al eje trasero. Finalmente, el Zarooq SandRacer GT500 ha ganado algo de peso, llegando a los 1.300 kilos, pero también ha mejorado su propulsor, que es un 6.2 V8 de 525 CV y 660 Nm de par máximo. No hay datos sobre si sigue siendo un propulsión trasera o ha cambiado a 4×4.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.