La fiebre eléctrica sube de temperatura en el mundo de la automoción pero, aunque la lógica apunte a que el ámbito donde esta tecnología es más rentable es la ciudad, hay fabricantes que creen que también puede realizar un buen desempeño en el off-road. El Bollinger B1 es el primer todoterreno eléctrico, un modelo pensado para afrontar casi cualquier tipo de situaciones sin producir emisiones.
A simple vista nada hace presagiar que se trate de algo más que un 4×4 tradicional, aunque la ausencia de una parrilla al uso (no hay que refrigerar un motor de combustión) es una buena pista. Se trata de un ejemplar de diseño rectilíneo y sencillo, lo que le aporta una imagen contundente a la que también contribuyen sus dimensiones: 3,8 metros de largo, 1,9 de ancho y 1,86 de alto. Esto le permite contar con una superficie de carga trasera en la que puede llevar casi 1.800 kilos de peso, misma cantidad que puede remolcar.
En cuanto a su mecánica, la alimentación corresponde a una batería que puede ser de 60 o de 100 kWh de capacidad, teniendo en cada caso 200 o 320 kilómetros de autonomía. Ésta suministra energía un conjunto formado por cuatro motores, uno acoplado a cada rueda, y que entrega una potencia de 360 CV. Es suficiente para acelerar de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos y alcanzar una velocidad máxima de 204 km/h. Además, su capacidad para salir fuera de pista está asegurada con unas suspensiones independientes que, de manera estándar, ofrecen una altura libre al suelo de 256 mm y que se pueden sobreelevar hasta el medio metro.
Respecto a los tiempos de recarga, el modelo con batería de 60 kWh tarda siete horas en completarla con una toma doméstica y 45 minutos con un puesto de carga rápida. El de 100 kWh, por su parte, necesita 12 horas y 75 minutos respectivamente.
Parece que todavía queda un tiempo para ver al Bollinger B1 en la calle, puesto que la marca prevé realizar las primeras entregas en febrero de 2019.
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