A pesar de faltar al Salón de París, el grupo BMW confirmó la semana pasada que se apuntaba a la tendencia eléctrica imperante. De hecho, dio fecha hasta para su próximo modelo eléctrico: en 2019 veríamos al primer Mini eléctrico. Sin embargo, parece que el proyecto está incluso más avanzado de lo que nos habían hecho creer: ya tienen casi a punto el Mini Countryman híbrido enchufable.
Todavía en forma de vehículo de pruebas, aunque prácticamente con la guisa que tendrá la versión de producción, Sebastian Mackensen, director de la marca, y Peter Wolf, director de series Mini, se han dado una vuelta en el modelo y han facilitado los primeros datos.
En el exterior, este precedente del Mini eléctrico es idéntico a las versiones gasolina y diésel, salvo por la toma para recargar las baterías camuflada en la aleta izquierda. Lo mismo ocurre en el habitáculo, donde apenas hay dos cambios: el color del botón de arranque es amarillo en vez de rojo y en el cuadro de instrumentos el cuentarrevoluciones deja sitio a un medidor de carga.
Desde la marca, han buscado que esta nueva configuración no afecte a la dinámica de conducción habitual en Mini. En palabras de Wolf: “En lo que al bastidor y a la suspensión se refiere, no ha cambiado nada en relación con las variantes con propulsión convencional, y los reglajes favorecen muchísimo al concepto de híbrido”. A lo que se refiere es a que las baterías, situadas bajo los asientos traseros, rebajan el centro de gravedad del compacto y su disposición ayuda a repartir los pesos mejor entre eje delantero y trasero.
Además, el motor eléctrico está asociado a las ruedas traseras, mientras que el de combustión se encarga de las delanteras. Esto en la práctica significa que puede funcionar como un tracción delantera, trasera o integral.
Siempre arranca en modo 100% eléctrico y, aunque no se ha dado el dato sobre su alcance efectivo, sus responsables indican que “ la batería de alto voltaje ofrece potencia suficiente para una conducción eléctrica a larga distancia”. Además, no han querido limitar su velocidad máxima en modo 100% eléctrico a un rango de conducción en ciudad. “En un modelo híbrido MINI, la experiencia de conducción en modo eléctrico debe ofrecer pura emoción. Esto significa que la conducción en modo exclusivamente eléctrico no se limita a velocidades de 30 o 40 km/h”, afirma Mackensen.
Esto nos lleva a los tres modos de conducción disponibles: AUTO eDRIVE (hasta 80 km/h en eléctrico), MAX eDRIVE (hasta 125 km/h en eléctrico) y SAVE BATTERY, en el que solo funciona el motor de combustión, manteniendo el eléctrico su carga e incluso recargándola gracias a un generador.
Es solo el primer paso hacia el Mini eléctrico 100%, que veremos en 2019.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.