Elon Musk no solo trabaja en Tesla, también lo hace con compañías diversas como SpaceX o The Boring Company (TBC), cada una dedicada a un área distinta, pero que a menudo trabajan en la misma dirección.
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Así, el principal proyecto de TBC es la construcción de túneles subterráneos bajo las ciudades que reduzcan el tráfico y permitan enviar vehículos hasta a 240 km/h de un punto a otro. Y lo que muchos daban por utopía acaba de hacerse realidad, al menos en parte, ya que se ha hecho la primera prueba con un Tesla Model X.
En su prototipo inicial la idea consistía en colocar un coche, fuera el que fuese, sobre una plataforma que haría el trayecto cargando con él. Sin embargo, el desarrollo ha evolucionado de tal manera que sea el propio vehículo el que actúe como “cápsula”. En el siguiente vídeo queda bastante claro su funcionamiento:
El usuario accederá a la red mediante unos determinados puntos concretos, un sistema de ascensores lo bajará de la calle al túnel subterráneo y, una vez allí, será el propio coche el que se acople a las vías con un dispositivo que se despliega cerca de las ruedas y que costará 300 dólares. De esta manera quedaría convertido en una suerte de vagón de tren.
Ahora bien, como es el vehículo el que tiene que llevar a cabo el transporte, no valdrá cualquiera para realizar la tarea. Musk ha adelantado que los requisitos son que sea eléctrico, con tecnología autónoma (al menos aceleración y frenado sin que intervenga el conductor) y capaz de mantener velocidades de hasta 240 km/h.
Eso será en el sistema final, pero en la prueba a la que han podido ir solo un pequeño grupo de medios el prototipo solo alcanzaba velocidades de 64 km/h. La compañía dice que tiene una longitud de 1,8 kilómetros y que para construirlo han necesitado 18 meses y una inversión de 10 millones de dólares.
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