Las costumbres, en verano, cambian. La subida de las temperaturas y una mayor cantidad de horas de exposición solar obligan a adecuar la rutina del día a día, sobre todo en países como España o Italia.
Pero también es habitual ver ciertos cambios en los países del norte de Europa, donde los días más largos y una temperatura más benevolente son motivo de alegría. Para adaptarse al verano, los alemanes disponen de una larga lista de bebidas para mitigar el calor.
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Las cifras muestran que, en Alemania, se consumen de media unos 100 litros por persona al año de cerveza. La media mundial es de 34 litros por persona, casi 70 menos que en el caso de los alemanes.
No obstante, en verano, los germanos no beben cerveza al estilo tradicional. Entre otras cosas más refrescantes, beben lo que se llama ‘diesel’. Sí, salvo por la tilde en su escritura en español, esta bebida comparte el nombre con el combustible. Y no, no es tóxica para la salud ni tiene nada que ver con el gasóleo.
Cómo se prepara un ‘diesel’
El ‘diesel’ es una bebida alemana compuesta por, como no podía ser de otra manera, cerveza. Puede hacerse con cerveza negra o rubia, dependiendo de los gustos del consumidor. La diferencia es que se mezcla con refresco de cola. Por buscar un símil, es como un kalimotxo español, solo que hecho con cerveza en vez de con vino.
El origen de este ‘diesel’ alemán se encuentra en Bavaria, entre los 70 y los 80, cuando se convirtió en una verdadera bebida de culto. Entonces, se mezclaba solo cerveza negra con Coca-Cola, y el nombre para esta bebida era Goaß. Ahora, en esta región, también se conoce como Goaßmass y se añade un licor de frutas dulce a la mezcla.
En España, ‘turbodiésel’
Aunque esto parezca un invento alemán, Esther Martínez, conocida como @xiquetamontgat en redes sociales, ya publicó un vídeo hablando de un cóctel llamado ‘turbodiésel’. Se trata de la misma mezcla, cerveza con Coca-Cola, una bebida que al parecer también estuvo de moda en los 80 en España.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.