Solo necesitas colocar una pinza de madera en la rejilla del aire acondicionado para poner en práctica el truco más viral en tu coche

Hay mil trucos para que el interior del vehículo huela bien, incluidos obviamente por los típicos ambientadores diseñados para el coche. Sin embargo, hay objetos del día a día que pueden cumplir esa misma función por mucho menos dinero.  

Las pinzas para colgar la ropa son un objeto que se encuentra en todas las casas. Cuestan céntimos, ya que se compran en paquetes de apenas un euro y solo colocando una pinza de madera en la rejilla del aire acondicionado se pueden mantener a raya los malos olores en el coche.

El procedimiento para que una simple pinza ayude a eliminar olores del coche es muy sencillo, pero es importante que sea de manera. Hay pinzas para la ropa también de plástico, pero estas no cumplirán con su función debido, precisamente, al material con el que están fabricadas.

Para poner en marcha este truco viral basta con escoger un aceite esencial que sea de agrado para el conductor y rociar unas gotas sobre la madera. Una vez la pinza de madera esté impregnada, bastará con colocarla en la rejilla del aire acondicionado del coche. Mejor si se agarra en una de las salidas laterales, para que no moleste verla en medio del salpicadero y no estorbe a la hora de, por ejemplo, manipular la pantalla central o abrir la guantera.

Un ambientador por apenas un euro

¿Por qué este truco funciona de una manera tan efectiva? Pues por las propiedades de la madera, ya que absorberá inmediatamente el aceite esencial y se quedará impregnada con su aroma. Al dejar la pinza en la rejilla de salida del aire acondicionado, esta irá liberando lentamente el aroma elegido y cuando se active el climatizador, el olor dentro del coche será más intenso.

Este tipo de trucos tiene que ir siempre acompañado de una correcta limpieza del interior del coche, ya que, si no, no servirá de nada. Para evitar malos olores hay que limpiar regularmente los asientos y asegurarse de que no entra humedad en el habitáculo, que puede favorecer la aparición de hongos y malos olores.