Engañar a un etilómetro, el aparato que los agentes usan para llevar a cabo los controles de alcoholemia, es imposible. Eso sí, los conductores deben tener presente que hay alimentos con los que pueden obtener un resultado positivo en esta prueba… sin haber bebido alcohol.
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Por extraña que parezca la situación, es lo que le ha ocurrido a un conductor en China: en un test, le detectaron un nivel de alcohol en sangre superior al límite legal. Él insistió en que no había bebido, pero fue un análisis de sangre posterior el encargado de demostrar que estaba completamente sobrio.
Dio positivo porque, minutos antes, había consumido una gran cantidad de durián. Conocida como la fruta más apestosa del mundo, tiene sabor a vainilla y se ha comprobado que los compuestos químicos naturales y los azúcares que tiene pueden causar falsos positivos temporales: sobre todo si la prueba se hace después de su consumo.
Ocurre algo parecido con la piña o la papaya. En el caso de los plátanos o las uvas, también hay que tener cuidado cuando están muy maduros: sufren un proceso de fermentación en el estómago que produce alcohol. Eso sí, habría que exagerar la ingesta de estas frutas
El madroño, por su parte, contiene alcohol. Esta característica está detrás de la fermentación natural de los azúcares presentes en este fruto, que llegaría a causar síntomas similares a los de la embriaguez si se consume en exceso.
Alimentos más normales
Bien es cierto que algunos de estos alimentos no están muy presentes en la dieta de la mayoría de los conductores, pero sí el pan o los pasteles. Estos llevan levadura, que fermenta en la masa y produce una pequeña cantidad de alcohol. Si quedan residuos, podría dar un resultado positivo en una prueba de alcoholemia.
Al hilo de esto, en la elaboración de algunos dulces se usa extracto de vainilla: contiene un 35% de alcohol. Este porcentaje, en principio, no es relevante porque sus efectos duran un cuarto de hora. Pasado este tiempo, no queda rastro del alcohol residual.
Cuidado con las semillas
Por otro lado, las semillas de amapola no arrojarían un resultado positivo en el control de alcoholemia, pero sí en el de drogas. Pueden contener trazas de morfina en bajas cantidades: exagerar su consumo conllevaría no superar una prueba de este tipo.
Algo semejante pasa con las semillas de cáñamo: los productos hechos con ellas, pueden contener trazas de tetrahidrocannabinol (THC). Y este es el principal constituyente psicoactivo del cannabis. El consumo regular de estos alimentos puede provocar que el THC se almacene en las zonas grasas: al permanecer en el cuerpo unos 45 días, puede aparecer en los test de drogas.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.