La tornillería de un coche, una moto o incluso de una bicicleta ejerce de sujetador para mantener los distintos elementos fijos. Se utiliza para unir dos o más piezas y cualquier tornillo, generalmente, se compone de tres partes: cabeza, cuello y rosca.
Los tornillos cuentan con diferentes tamaños. En España, las medidas son normalmente en milímetros, ya que se usa el sistema métrico decimal; sin embargo, se usan las pulgadas si se aplica el sistema inglés. Por su parte, la cabeza es la parte donde se ejerce la fuerza necesaria para su fijación.
Esa fuerza necesaria para su correcta sujeción es una de las cuestiones que asaltan a los usuarios a la hora de apretar tornillos en los vehículos, ya sean en las piezas del motor, en el interior, en los faros o, sobre todo, en las ruedas. Cuando se hace necesario cambiar un neumático siempre asalta la misma duda: ¿hasta cuándo hay que apretar?
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Qué es el par de apriete
Se considera par de apriete a la fuerza que se debe ejercer para ajustar un tornillo en la posición óptima. En otras palabras, es la presión exacta que permite que las dos piezas o elementos que se quieren sujetar con el tornillo se mantengan en su posición de la manera correcta. Todos los tornillos pueden soportar una tensión máxima exacta.
El par de apriete se controla y mide mediante la unidad de fuerza establecida en Newtons metro (Nm). Este sistema permite alcanzar una fuerza de giro determinada para una herramienta de apriete. El par viene determinado por el fabricante y está marcado por los materiales de fabricación de las piezas que se van a unir.
Dinamométrica
Para realizar un correcto ajuste de los tornillos, de la manera cartesiana, se debe utilizar una llave dinamométrica. Este instrumento, también denominado llave de torsión o torquímetro es una herramienta manual que se utiliza para ajustar el par de apriete de los elementos roscados.
Las dinamométricas incorporan un mecanismo en el que se regula el par de apriete, de forma que si se intenta apretar más, salta el mecanismo que lo impide o avisa de que se ha alcanzado el valor deseado.
En el sector de la automoción, la gran mayoría de la tornillería cuenta con un par de apriete, en el que se deben seguir las indicaciones y recomendaciones del fabricante, ya que variarán dependiendo de la pieza que se vaya a montar. Por otra parte, jamás se debe usar una llave dinamométrica para desatornillar.
Apretar tornillos
Si no se dispone de una llave dinamométrica, se pueden efectuar las tareas de mantenimiento de un vehículo con destornilladores y llaves de vaso tradicionales. Una regla no escrita para apretar tornillos (sin pasarse ni quedarse corto) dar media vuelta más a la tuerca o el tornillo cuando estén duros.
Jamás se deben apretar en exceso los tornillos, ya que se pueden dañar, por lo que será imposible retirarlos posteriormente, o lo que es peor, arruinar la pieza que sujeta. Por ejemplo, en las tuercas de una rueda, se puede dañar la llanta al apretar en demasía. Si se ajustan poco, puede ser la rueda la que se salga de su sitio con el consiguiente peligro para la seguridad.
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