La legislación española contempla que los conductores con permiso tipo B (el habitual de turismos de hasta ocho plazas y menos de 3.500 kilos) pueden circular también con las motocicletas correspondientes al carné A1, es decir, de una cilindrada tope de 125cc, una potencia de hasta 11 Kw. (15 CV) y una relación potencia/peso máxima de 0,1 Kw/Kg y triciclos de motor cuya potencia máxima no exceda de 15 kW (20 CV).
Es por ello que, especialmente con la llegada de las épocas del año más benignas en cuanto a la climatología, son muchos los automovilistas que se lanzan a conducir estos vehículos de dos ruedas, en la mayor parte escúteres con los que escapar de las aglomeraciones de tráfico de las grandes ciudades. Una transición que no siempre en sencilla y que ha provocado en los últimos tiempos un incremento en la siniestralidad entre este tipo de usuarios.
Así conviene seguir una serie de consejos prácticos y sencillos que nos ayuden a evitar situaciones de riesgo, sobre todo aquéllos con poco hábito de conducción con este tipo de vehículos y en un entorno tan cambiante como el tráfico urbano.
1. SABER ‘LEER’ LA CALZADA.
Una irregularidad del asfalto insignificante en coche puede convertirse en una trampa peligrosa en moto. Debemos permanecer muy atentos al estado de la calzada, sabiendo interpretar sus condiciones para mantener el control en todo momento y evitar las zonas conflictivas.
2. CUIDADO EN LOS CARRILES DE USO PÚBLICO
En muchas ciudades, como Madrid, los vehículos de dos ruedas pueden circular por los carriles destinados al transporte público. Sin duda una ventaja aunque conviene saber que su asfalto suele estar muy deteriorado (sobre todo en las zonas de paradas) por el peso de los autobuses y que además se pueden producir incorporaciones desde la vía de central de estos vehículos de servicio público.
3. LOS RETROVISORES, ESENCIALES
El uso de los retrovisores es fundamental en cualquier vehículo, pero especialmente en una moto. Tienen más ángulos muertos por su tamaño y disposición (además de carecer del central interior), así que es obligado mirar en más de una ocasión antes de realizar cualquier maniobra de cambio de carril o sentido.
4. SEÑALIZAR LAS MANIOBRAS
En el mismo sentido, por las características del vehículo, una moto es menos visible para el resto del tráfico, siendo imprescindible señalizar correctamente cualquier maniobra con los intermitentes y comprobar que la luz posterior de freno está siempre operativa.
5. MUY PENDIENTES EN LOS SEMÁFOROS
Detenerse en los semáforos acarrea más riesgos para los motoristas de los que podemos imaginar. La típica colisión posterior entre coches conlleva consecuencias más graves en este caso, con lo que una buena costumbre es permanecer atentos a los retrovisores hasta tener la certeza de que el vehículo de atrás se ha detenido completamente; en caso contrario, con visión directa de quien se aproxima, habrá una oportunidad para moverse en el espacio disponible y evitar el impacto. Otro hábito saludable, por el mismo motivo, es no detenerse en el centro del carril y utilizar las zonas adelantadas que existen en algunas ciudades para los vehículos de dos ruedas.
6. MÁXIMA PRUDENCIA ENTRE CARRILES
Circular entre carriles con la moto es una maniobra no permitida por la normativa aunque tolerada en general por los agentes de tráfico. La realidad demuestra que es muy frecuente y en caso de practicarla se deben de extremar las precauciones, puesto que el resto de los automovilistas no son responsables de lo que pueda ocurrir si una moto circula en este terreno entre vehículos. Adecuar la velocidad y calcular con precisión el espacio disponible son las bases para evitar sustos y accidentes.
7. ANTICIPARSE A LOS ACONTECIMIENTOS
Una norma siempre que circulemos pero especialmente valiosa en moto. Es obligado anticiparse a lo que el tráfico puede deparar, mirar lo más lejos posible y prever las maniobras del resto de los vehículos: el coche que gira sin poner el intermitente, la furgoneta estacionada que abre la puerta a nuestro paso o el autobús que se detiene de forma inesperada.
8. EVITAR LA SEÑALIZACIÓN HORIZONTAL
Aunque existen algunas teóricamente antideslizantes, la realidad es que la pintura de la señalización horizontal es uno de los grandes enemigos de los motoristas, sobre todo cuando se moja por la lluvia y resbala como el hielo. Hay que tener prudencia al circular sobre pasos de peatones, de cebra o simples ceda el paso, extremándola en las frenadas y aceleraciones; pararse antes de pisarlos y no abrir el puño del gas con energía cuando la rueda trasera aún está encima de ellas.
9. PONERSE SIEMPRE EN LO PEOR…
Quizá suene tremendista pero la mejor forma de evitar disgustos en moto es llevar la precaución a unos límites desconocidos por la mayoría de automovilistas. Ponerse siempre en el peor de los supuestos permite al motorista anticiparse y prevenirlo, desarrollando una especie de sexto sentido que le sacará de más de un apuro. Si asumimos que es posible que el coche que nos precede pueda desviarse de su trayectoria porque el conductor está mirando el móvil o que otro hará un cambio de sentido con línea continua justo cuando vamos a rebasarlo tendremos mucho ganado para solventar con nuestra intervención los riesgos que provocan los demás.
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