Si lo tuyo es conducir y pretendes disfrutar celebrando la Nochevieja, evidentemente no puedes meter el coche en la Puerta del Sol de Madrid. Pero hay otros lugares muy interesantes donde puedes tomarte las uvas de fin de año cómodamente en el habitáculo de tu coche, con la compañía que prefieras y ante unas magníficas vistas.
1. Frente a las murallas de Ávila
La capital de provincia española situada a mayor altura (1.131 metros) puede ofrecernos un espectáculo nocturno sin igual desde el mirador de los Cuatro Postes. Allí podemos disfrutar de la vista de su muralla completa iluminada. Nada menos que un perímetro de 2.516 metros, 2.500 almenas, 88 torreones y nueve puertas. Además, cuando el invierno venga frío se añadirá el aliciente de que el paisaje esté nevado. Así las uvas saben diferentes; eso sí, las campanadas tendrás que oírlas por la radio.
2. Con vistas al puerto de Mahón
Menorca es una isla llena de espacios visualmente impactantes, pero su puerto es algo excepcional. No en vano es el segundo puerto natural más grande del mundo, después de Pearl Harbour en Hawai. El puerto es disfrutable desde ambos lados.
En la parte de la ciudad, por encima del Club Marítimo, hay unos aparcamientos perfectamente situados para apreciarlo casi en su totalidad, y que después te permiten bajar al puerto en ascensor.
Desde S’Altra Banda (la otra orilla) también existen lugares accesibles donde apreciar la belleza de Mahón, o Mô, como dicen sus habitantes, en esta noche de cambio de año, desde Cala Rata hasta la fortaleza de La Mola.
Incluso es posible que veamos algún transatlántico atracado celebrando el momento a todo trapo. Si tienes paciencia y esperas a que amanezca, podrás ser testigo de los primeros rayos de sol, ya que la bocana del puerto de Mahón es el primer punto de España en recibirlos cada día.
3. Lanzarote y el Belén gigante de Haría
Después de darte una vuelta con las últimas luces del sol sobre el Mirador del Río, siempre que tengas suerte y no haya niebla, lo mejor es acercarte a cenar a la localidad de Haría y tomar las uvas después desde el mirador del mismo nombre.
Verás que el espectáculo es totalmente navideño, porque las casas blancas y las palmeras, junto a las luces nocturnas, hacen que desde lo alto todo parezca un Belén navideño con sus figuritas.
4. Granada con el encanto de la Alhambra
Las vistas nocturnas de la ciudad de Granada son perfectas para una celebración de fin de año. El mirador más conocido es el de San Nicolás, pero es complicado llegar en coche allí, por lo que mejor será optar por el mirador de San Cristóbal. Situado en una curva de la parte alta del barrio del Albaicín, ofrece una magnífica panorámica de la Alhambra con Sierra Nevada al fondo.
Otra buena opción, y puede que menos visitada a las 23:59 del 31 de diciembre, es el mirador de Granada, donde tenemos justo la vista contraria de la ciudad. Incluso por el mismo camino se va a la Silla del Moro, otro lugar poco concurrido por la noche, pero con unas vistas de la Alhambra espectaculares.
5. Lastres, el mirador de San Roque y la Torre del Reloj
Este mirador está situado en uno de los pueblos más pintorescos de Asturias, Lastres. Desde allí se aprecia el encanto tanto del pueblo como de la abrupta orografía de la costa. En el lugar se puede aparcar perfectamente y allí se encuentra la ermita de San Roque, que, aunque posee un pequeño campanario, no da las horas.
En Lastres se encuentra la famosa Torre del Reloj, con su curioso reloj de una única aguja. Desde allí se suelen dar las campanadas de fin de año en la televisión autonómica asturiana.
6. En el Monte de San Pedro, A Coruña
A Coruña tiene un encanto especial por la noche. Algo que desde el elevado monte de San Pedro se puede apreciar perfectamente. El lugar tiene un futurista ascensor esférico, pero en invierno está cerrado. Aun así merece la pena acudir allí con el coche a tomarse las uvas con la vista del Faro de Hércules al fondo y la silueta de la impresionante antigua batería de cañones de este monte.
7. El Monte Artxanda sobre la ría del Nervión, Bilbao
El Bilbao actual, lejos ya de la ciudad industrial que anegaba la ría del Nervión hace décadas, es un destino cosmopolita poblado de edificios que miran al futuro, como el Museo Guggenheim o la Torre Iberdrola. Pero no pierde la esencia del casco tradicional de la urbe que se muestra magnífico desde el Monte Artxanda. Allí existe un lugar, frente a la escultura de la Huella, donde parar el coche y simplemente ponerse a contemplar cómo fluye la fiesta a la orilla de la ría mientras cambia el año.
8. La Casa del Reloj del puerto de Valencia
Cuando nos comemos las uvas en fin de año nos gusta que nos marquen las campanadas los relojes más significativos de cada lugar, normalmente los de ayuntamientos o plazas principales. Pero hay relojes menos concurridos, aunque con enorme porte, como es el caso de la Casa del Reloj del puerto de Valencia.
9. El pueblo más alto de España
Valdelinares, provincia de Teruel, ostenta el título de ser el pueblo a mayor altura sobre el nivel del mar, nada menos que 1.692 metros. Esto hace que pueda ser una buena elección hacia donde conducir para pasar de un año a otro con originalidad frente al antiguo reloj de la iglesia parroquial. Eso sí, a menos que alguien te ofrezca una chimenea, no salgas del coche y procura llevar cadenas y el tanque bien lleno de combustible, para combatir los fríos invernales que dominan la zona.
10. Tranquilidad asegurada en Illán de Vacas
Si la originalidad en esto de tomar las uvas la buscamos en lugares más tranquilos, en Illán de Vacas, provincia de Toledo, podrás pasar una Nochevieja de lo más solitaria, ya que este municipio es, según el Instituto Nacional de Estadística, el menos habitado de España. En 2015 tan solo había censados 5 habitantes. Quizás les des una alegría si te pasas por allí a celebrar el Año Nuevo con ellos.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram