Cada año, durante las Fiestas del Pilar en Zaragoza, miles de visitantes adquieren un pequeño objeto que, aunque discreto, encierra siglos de tradición: la cinta de la Virgen del Pilar. Esta cinta, también conocida como medida de la Virgen, tiene una longitud exacta de 36,5 centímetros, coincidiendo con la altura de la imagen mariana que se encuentra en la Santa Capilla de la Basílica del Pilar. Su ancho es de 2,5 centímetros y está confeccionada en seda. Se vende oficialmente por 1 euro en las tiendas del santuario.
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Aunque su origen se remonta al siglo XVII, la medida ha encontrado nuevos espacios en la vida moderna. Hoy es habitual verla colgando del retrovisor interior de muchos coches en España. Para algunos, es un gesto de fe; para otros, un recuerdo familiar o incluso un amuleto protector.
Multa por colocar objetos en el retrovisor
La tradición de las medidas no se limita a la Virgen del Pilar. Cada advocación mariana tiene su propia longitud. Por ejemplo, la medida de la Virgen de Covadonga alcanza los 71,5 centímetros. En todos los casos, es habitual que la cinta haya sido bendecida o que haya tocado el manto de la imagen antes de ser entregada, y que se reciba como regalo, no como compra personal.
En el contexto vial, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha aclarado que este tipo de objetos no suelen ser motivo de sanción. Según el artículo 18 del Reglamento General de Circulación, los elementos decorativos en el interior del vehículo no deben interferir con la visibilidad del conductor. Este está obligado, literalmente, a mantener “el campo necesario de visión”.
Una cinta pequeña como la medida no representa un problema, pero si se trata de objetos más voluminosos o que cuelgan a una altura que obstaculiza la visión, la infracción puede conllevar una multa de 200 euros, sin retirada de puntos del carnet de conducir.
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