¡Hola a todos! Me he dado cuenta de que a menudo os hablo en este espacio sobre algunos de mis amigos y conocidos. Puede que quizá no os interese demasiado a muchos de vosotros (puede incluso que a una mayoría), pero si lo hago es porque creo que se trata de personajes especiales, dignos de mención y que me parece deben ser conocidos por interés general, casi como los partidos de fútbol de la Selección… Es por eso que me he decidido a inaugurar esta especie de serial (prometo no dar demasiado la lata) dedicado a algunas de esas personas que me he ido encontrando a lo largo de mi vida y que se salen tanto de lo común como para reclamar nuestra atención. Seres extraordinarios, diría yo…
Justo a esta categoría pertenece Gustavo Cuervo. Es posible que muchos de vosotros le conozcáis sobradamente, es un tío importante en esto de las motos. A mí al menos me lo parece, porque así creo que se debe catalogar a todos los que han sido precursores en una actividad que, con el tiempo, ha llegado a calar muy hondo en ciertos colectivos. Porque los comienzos son lo más difícil y lo que hoy puede parecer un juego de críos hace muchos años era un desafío monumental. Gustavo es, básicamente, un viajero, un aventurero… De haber vivido hace un par de siglos quizá hubiera recorrido el mundo a la grupa de un caballo, pero como además le apasionan las motos, qué mejor manera de hacerlo que sobre dos ruedas.
Aunque Gustavo lo ignore, yo le envidio desde hace mucho tiempo, lo confieso aquí y ahora. Es algo mayor que yo (poco y además está hecho un chaval) y llegamos a ser vecinos de barrio en Madrid. No nos conocíamos entonces, pero yo contemplaba con admiración a los componentes de la legendaria escudería ‘Los Hierros’ pasando por la Avenida de Valladolid o la Ribera del Manzanares con sus imponentes motos, incluyendo una BMW de llamativo color amarillo que me parecía lo más bonito que había visto en mi vida. Yo era un adolescente y sólo tenía las motos en mi cabeza (lo de las chicas lo dejamos para un momento mejor, creo…), así que esos motones por el barrio suponían el no va más para mis sueños de interminables viajes al manillar de una de aquéllas máquinas únicas…
Con el paso del tiempo, Gustavo se convirtió, ya digo, en uno de los pioneros españoles de las grandes rutas. Y además, también de los primeros que los contó en un medio de comunicación. Desde las páginas de la revista ‘Motociclismo’ nos acercaba cada semana sus periplos hacia los más variados destinos, desde rutillas por España que se nos antojaban accesibles a viajes mucho más ambiciosos por cualquier recóndito lugar del planeta, de esos que ya sonaban a aventura con mayúsculas. Gustavo fue capaz de hacer de su pasión su forma de vida y ya sólo por eso me parece uno de estos personajes dignos de admiración que os comentaba al principio.
Poco a poco, Gustavo ha ido diversificando el rendimiento de esa pasión, así que nos le podemos encontrar desde conduciendo una moto de la tele en unos Juegos Olímpicos a organizando aventuras en China, sin olvidar su didáctica faceta de escritor de viajes (absolutamente recomendables todos sus libros, que van desde guías por la comunidad a Madrid a Europa entera). Además, considero de especial valor que haya sabido mantenerse firme en sus planteamientos en estos tiempos de tantos cambios, fiel a los mismos principios que le llevaron quizá a ponerse por primera vez en ruta tanto tiempo atrás: disfruta de la moto, de la carretera, de los paisajes, de las personas y de la experiencia de libertad que todo ello representa. Y por si fuera poco, con un talante que me resulta tranquilizador, por decirlo de algún modo; es uno de esos tipos con los que te irías al fin del mundo (y nunca mejor dicho) porque transmite tranquilidad, control, seguridad y experiencia. Rompe en cierta medida con el prototipo de gran viajero que tan de moda se ha puesto en los últimos tiempos, sus experiencias son mucho más íntimas, no tan públicas o difundidas, pero no por ello menos válidas y valiosas.
De hecho, Gustavo Cuervo tampoco renuncia, ni mucho menos, a compartir con quienes así lo deseen todas esas experiencias. Lo lleva haciendo desde hace décadas en publicaciones especializadas, también con su bibliografía y, más recientemente, en una páginas web (www.gustavocuervo.es) que os invito a visitar si os interesan las motos, los viajes o cualquier tipo de experiencia vital enriquecedora. Si no os convencen, aquí me tenéis para daros explicaciones… Ya me contaréis.
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