La pasión del actor Keanu Reeves por las motocicletas le llevó a fundar en 2011, junto a Gard Hollinger, Arch Motorcycle. Desde entonces, la floreciente empresa se ha dedicado al diseño y construcción de motos tan especiales como exclusivas hasta llegar a su última creación, la KRGT-1.
El intérprete está plenamente involucrado en la compañía, su aportación es mucho más que financiera o de imagen. Reeves pretende que las motos que fabriquen cuenten con una personalidad única, una calidad fuera de toda duda y un comportamiento dinámico capaz de satisfacer a los más exigentes. Son cualidades todas que se reflejan en su modelo más reciente, una evolución significativa respecto a los precedentes con más de una veintena de cambios importantes y 120 piezas o componentes rediseñados.
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La KGRT-1 es una moto ligera, desprovista de carenado, pero que también quiere mantenerse fiel a los grandes motores estadounidenses. Es así como recurre a un bicilíndrico en V de origen S&S, con una capacidad de 124 pulgadas cúbicas (más de 2.000cc) y alimentado por un sistema de inyección electrónica que le permite superar las estrictas normativas de emisiones de 50 Estados del país. La transmisión se confía a una caja de cambios de seis velocidades con embrague en seco, mientras que la transmisión final es por cadena.
El propio Keanu Reeves ha explicado el enfoque de la recién llegada a la familia ARCH: “Se mantiene fiel a los principios de nuestra marca, una moto hermosa pero que también se maneja como ninguna otra. En curvas o rectas su aplomo transmite confianza, aunque también es confortable. Ofrece así una experiencia de conducción sin igual. Tampoco olvidamos que los acabados y cada detalle sean de una calidad excepcional, porque siempre es algo que ha definido siempre a ARCH”.
La estructura del chasis de la KGRT-1 la componen placas de aluminio ligeras y resistentes, a las que se anclan los soportes del propulsor y un basculante del mismo material. La horquilla delantera invertida viene firmada por un proveedor del prestigio de Öhlins, mientras que en el tren trasero aparece un amortiguador único del mismo fabricante y con múltiples posibilidades de ajuste. Los frenos de discos dobles delanteros están mordidos por pinzas de seis pistones, siendo de cuatro la trasera, un conjunto más que sobrado para una moto de sus características y que cuenta con un sistema antibloqueo desarrollado en colaboración con Bosch.
La personalización es otra de las señas de identidad de ARCH, así que los compradores de la KGRT-1 podrán elegir entre diferentes componentes para crear una máquina que, en definitiva, puede llegar a ser única. Su producción ya ha comenzado y los clientes interesados están en disposición de iniciar el proceso de reserva a través de la web de la marca. El proceso de construcción artesanal de cada motocicleta se inicia únicamente bajo pedido y requiere aproximadamente tres meses. ARCH define el precio de cada unidad en base a las preferencias del comprador, pero como referencia señalar que la versión anterior de este mismo modelo arrancaba en 78.000 dólares (unos 70.000 euros).
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