BMW apuesta por la tradición en sus motos

Lanza en España dos variantes ‘Heritage’ de la NineT inspiradas en conceptos clásicos.

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Foto: BMW

Sensaciones por encima de prestaciones, ése es el lema de las motos que hoy se definen como modernas clásicas, todo un filón para BMW que hace crecer a la familia NineT con versiones bautizadas como ‘Heritage’ (tradición).

Dicen que es mucho más que una tendencia, que es pura pasión, puro diseño, puro placer de pilotar, una simbiosis perfecta entre tradición y tecnología de vanguardia. Es importante el legado, que el diseño reedite un modelo emblemático, que tenga estilo, personalidad propia y que al mismo tiempo permita que cada usuario pueda adaptar su moto de acuerdo a sus gustos y tendencias.

BMW ha detectado que en el mercado de las roadster de más de 900cc las propuestas de estilo clásico han crecido en el último año un 125%. La propia marca, con solo dos modelos (la R Nine T y la R Nine T Scrambler), vendió 406 unidades en 2016, casi la mitad del total (43%).

Su decisión apuesta es clara: aumentar la gama R Nine T. Sumándose a las Clásica y Scrambler, versiones ya comercializadas, llegan la Pure, la Racer y una tercera en camino, estará en los concesionarios antes de que termine el año pero todavía no ha sido desvelada.

Una versión básica muy apropiada para preparaciones. / BMW

 

BMW quiere cuidar a ese motorista convencido, maduro, tal vez nostálgico de sus recuerdos o proezas de juventud, que se inicia o retoma la moto, dentro de un estilo de vida auténtico y que también quiere disfrutar de una moto auténtica con una imagen y sonido evocadores.

La  Pure es el modelo de partida, ideada para recibir todo tipo de modificaciones y personalizaciones. Técnicamente monta una sencilla horquilla convencional (no invertida), llantas de aleación de cinco palos pintadas en negro y una apariencia liviana y minimalista, de hecho pesa tres kilos menos que la clásica (219 frente a 222, respectivamente). Viene decorada en color Negro Pirineos y tiene un precio base de 13.120 euros.

La Racer se asemeja a las motos de competición de la marca en los años 60, con una postura de conducción deportiva de época, con el asiento retrasado y manillar bajo para esconder el torso tras el carenado. Se trata de una típica semi cúpula anclada al bastidor con el faro integrado, mientras que las estriberas van altas y retrasadas, el asiento acolchado luce un tapizado especial y se complementa con un colín de competición, que se acopla encima del asiento del pasajero. Este último es un accesorio pero casi imprescindible para darle todo el aroma a la versión más racing. Solo se vende en color blanco, con las franjas de BMW competición y un precio de 14.170 €.

La prueba de la gama por las carreteras de Madrid.

Por otro lado, la  T Scrambler se mantiene prácticamente inalterada y la Clásica ha recibido algunas mejoras en las suspensiones (la horquilla delantera ahora es totalmente regulable), monta llantas de radios e instrumentación rediseñada. Hay una nueva gama de colores y decoración, todo con un precio de partida de 16.290 euros.

Además, en el apartado de accesorios, equipamiento y complementos, BMW ofrece un buen surtido. Hay tapas para el motor y balancines en aluminio pulido y carbono, tubos de escape, manillares, instrumentación, colines para el asiento con diferentes decoraciones, bolsas para el depósito, alforjas y una completa equipación de mucha calidad y genuino aspecto retro para el motorista.

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