Entre las infracciones más habituales durante la circulación se encuentra la de saltarse un semáforo en rojo. El artículo 146 del Reglamento General de Circulación, que regula los semáforos circulares para vehículos, indica que una luz roja fija impide el avance de los mismos, los cuales tampoco deben sobrepasar la línea de detención más cercana. Además, si el semáforo se encuentra dentro o al otro lado de un cruce, los vehículos no pueden ingresar en él ni superar la línea de detención más próxima.
Un truco viral de internet muestra a conductores de motocicletas eludiendo la parada ante un semáforo en rojo. Para ello, apagan el motor del vehículo, se bajan del mismo y lo empujan entre los peatones que están cruzando de un lado al otro de la vía, para inmediatamente volver a subirse a la moto y continuar la marcha. Esta práctica es extremadamente peligrosa e ilegal en España.
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Esta acción pone en riesgo a los peatones y constituye una infracción. La motocicleta, incluso sin el motor en marcha, sigue siendo considerada un vehículo y debe respetar las señales de tráfico. Esta maniobra, atenta contra la seguridad de los demás usuarios de la vía. La acción acarrea sanciones económicas importantes y la pérdida de puntos en el permiso de conducir.
Cabe recordar que los semáforos son señales de tráfico obligatorias que deben ser respetadas por todos los usuarios de la vía. Saltarse un semáforo en rojo, independientemente del medio de transporte, es una infracción que tiene consecuencias para el que la comete.
Multa por saltarse un semáforo en rojo
La sanción por empujar una moto entre los peatones de un semáforo es la misma que por saltarse un semáforo en rojo conduciéndola. Según el citado artículo 146 del Reglamento General de Circulación, la sanción alcanza los 200 euros y, además, lleva incorporada la pérdida de cuatro puntos del carnet de conducir.
Este tipo de sanción cuenta con una rebaja. Si se paga la multa en los primeros 20 días naturales, se puede beneficiar de una reducción del 50%.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.