La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CMNC) recomienda que las clases teóricas para obtener el carné de la clase A, que permite conducir cualquier tipo de moto, incluidas las de gran cilindrada, se impartan no solo de forma presencial en autoescuela, sino también de modo online o híbrido.
Esa es una de las apreciaciones de la CNMC al proyecto de orden por el que se regula la formación para el acceso progresivo al permiso de conducción de la clase A elaborado por la Dirección General de Tráfico (DGT). Esa futura norma actualizará los criterios de exámenes para obtener ese tipo de carné, puesto que actualiza la actual, vigente desde 2011.
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El proyecto de orden indica: “Los alumnos deberán asistir a la totalidad del curso, extremo que se verificará a través de sistemas de parte de firmas u otros procedimientos que cumplan los principios y la normativa de protección de datos personales que deberán realizarse al inicio y al final de cada jornada formativa, así como al comienzo y finalización de cada descanso. La documentación acreditativa de asistencia, además de la del resto de documentación del curso, deberá conservarse durante un plazo de cinco años desde la realización del mismo”.
El informe de la CNMC, difundido este jueves y recogido por Servimedia, concluye que “no se permite de forma expresa la formación online o híbrida”. “Dicho de otro modo, se exige aparentemente que la formación teórica sea presencial”, apunta.
“Permitir que este tipo de cursos se impartieran de forma online supondría una herramienta para centros de formación pequeños o situados en zonas rurales, que podrían competir efectivamente con otros operadores de mayor tamaño”, indica la CNMC.
Autoescuelas digitales
Competencia añade que, “igualmente, fomentaría la competencia [en precios] entre diferentes centros de formación, en la medida en que un potencial alumno podría elegir con mayor facilidad elegir el material preparado por un centro situado en una localidad o barrio diferente al suyo”.
En este sentido, la CNMC plantea “como más razonable la posibilidad de que la formación teórica pueda ser presencial, online o híbrida, y que el alumno pueda elegir la que estime más adecuada a sus intereses”.
Motoristas y mal tiempo
Por otro lado, Competencia recomienda que el Ministerio del Interior desarrolle reglamentariamente las condiciones en que las autoescuelas digitales (es decir, no tradicionales o que no cuentan con local físico) puedan impartir formación en educación vial “en aras de un entorno más pro competitivo”.
La CNMC aconseja que los alumnos puedan aportar sus motos en los cursos, no solamente los que precisan de adaptaciones en esos vehículos, y que se permita que los vehículos estén “dados de alta en cualquier sección” de la autoescuela para que esta los reorganice libremente entre secciones.
Además, Competencia propone a Interior que justifique “desde la óptica de los principios de buena regulación” por qué un curso no puede aplazarse más de una vez cuando haya “incidencias climatológicas” en maniobras en circuito cerrado o vías abiertas al tráfico. Y que, de mantenerse esa prohibición, se aclare que se hará sin coste para los alumnos afectados.
Airbag en la moto
El proyecto de orden, al que tuvo acceso Servimedia, pretende obligar a las autoescuelas a que el uso del airbag esté en el equipamiento obligatorio de los alumnos que quieran examinarse para tener el carné de moto.
Respecto a la parte práctica, la circulación en vías abiertas al tráfico tendrá más peso (cuatro horas) respecto de las maniobras en circuito cerrado (dos horas). Actualmente, ocurre al revés.
Además, los alumnos deberán llevar una “prenda homologada provista de airbag” y botas de cuero o material sintético similar que proteja suficientemente el tobillo, algo no especificado en la actual normativa y que también tendrán que portar los profesores.
Sobre la prueba en carreteras abiertas al tráfico, el profesor circulará en una moto desde la cual dará instrucciones con un intercomunicador bidireccional a la persona aspirante a obtener el carné de motocicleta. En circuito cerrado, un profesor seguirá las evoluciones de como mucho seis alumnos.
Otra novedad será que un curso formativo para motoristas podrá concluir otro día distinto si no puede realizarse la parte práctica en circuito cerrado o vías abiertas al tráfico debido a fenómenos meteorológicos adversos.
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