BMW X2. Atractivo y bien acabado. El X2 destaca por su aire deportivo y, aunque no sorprende por dentro, ofrece un ambiente bien acabado que transmite calidad. El espacio es solo correcto y presenta detalles mejorables: las banquetas delanteras son estrechas para tallas grandes y la base de las puertas no cubre la zona inferior de la carrocería y es fácil mancharse al entrar y salir.
DS 7 Crossback. Culto a la diferencia. Podrá gustar más o menos, pero al DS 7 no se le puede negar la originalidad. Está repleto de detalles de diseño, desde el volante o la pantalla central hasta los mandos y tiradores, y aporta una reinterpretación del lujo francés que le distingue. Además, como es algo más grande, ofrece el interior más amplio, es el mejor para llevar tres adultos atrás y tiene el maletero mayor.
Volvo XC40. Funcionalidad sueca. Es sencillo e incluso austero en la puesta en escena y algunos plásticos, como los de las puertas. Pero busca la funcionalidad y aprovecha el espacio para habilitar los mejores huecos, como el cofre del apoyabrazos o las repisas de las puertas. Destaca por su anchura interior, pero el asiento trasero, con el respaldo muy vertical y la banqueta corta y baja, penaliza el confort.
Jaguar E-Pace. Mejor por fuera y al volante. El Jaguar convence más por fuera y cuando se conduce. Tiene unas plazas traseras correctas en anchura y más justas en la zona de las rodillas. Y desperdicia mucho espacio en el doble fondo del maletero, con un molde de Poliespán voluminoso e inútil. En cambio, aporta el mejor equilibrio dinámico, porque ofrece la conducción más fácil y divertida sin penalizar el confort.
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