Los mejores SUV familiares de tamaño medio: vida a bordo

Todos incluyen siete plazas (2+3+2), con la segunda fila regulable en longitud y los respaldos reclinables, y la tercera plegable bajo el maletero. Ofrecen dos asientos cómodos delante, aunque los del Peugeot son más pequeños y menos ergonómicos. Pero tiene la mejor segunda fila, con tres plazas iguales e independientes, frente al reparto 60/40 de sus rivales, que las integran en dos bloques, con la del centro más pequeña e incómoda que las de los lados.

En el Seat es algo mejor, aunque tiene un túnel alto que molesta en los pies. Le sigue la del Nissan, y la del Hyundai es la peor resuelta. La tercera fila solo sirve para niños o apuros porque es muy pequeña en todos, la banqueta va muy pegada al piso y obliga a llevar las rodillas en alto. La menos mala es la del 5008, que tiene más sitio para meter los pies debajo de la segunda fila, pero todas exigen contorsionismos para entrar.

El Peugeot ofrece el maletero más grande con cinco plazas, seguido del Santa Fe y después el Tarraco, mientras el X-Trail se queda algo descolgado. Pero con siete queda poco espacio: apenas caben con apuros dos maletas de cabina de avión, y solo el Seat tiene algo más de margen. El Hyundai y el Peugeot incluyen mejores huecos, y el 5008 es además el más vistoso y mejor acabado. El Santa Fe está bien cuidado, aunque es más clásico, y los dos ofrecen una calidad de materiales superior. Les sigue el Tarraco, con una instrumentación y una pantalla mejores, pero con algunos plásticos austeros y un ambiente más sobrio. Y el Nissan es vistoso por dentro, pero acusa su veteranía en la pantalla y la instrumentación.

El Santa Fe aprovecha su tamaño y un buen filtrado de suspensión para ofrecer un confort de marcha superior en carretera y fuera del asfalto. El 5008 también filtra bien y ofrece un buen equilibrio, y tanto el Seat, que absorbe menos, como el Nissan, menos consistente, van por detrás. Igual que con la insonorización: los dos son menos silenciosos que sus rivales.

Las plazas traseras del 5008. / Enrique Brooking