Por qué Lamborghini no quiere fabricar nunca coches autónomos

Todas las marcas trabajan en el futuro: coches eléctricos y vehículos autónomos. O casi: Lamborghini ha coqueteado con lo primero (el prototipo Asterion era híbrido enchufable), pero parece que no quiere sumarse a la segunda tendencia. Uno de los máximos responsables de la marca ha declarado que seguramente sea la última en ofrecer este tipo de tecnología y, tras escuchar su argumento, parece que tiene motivos para mantener esa postura.

“Si te compras un Lamborghini, lo haces para divertirte y para disfrutar de la conducción. Si hablamos de conducción autónoma real, creo que seremos los últimos en ofrecerla”, asegura Maurizio Reggiani, jefe del departamento de I+D de la marca. Visto así, ¿quién querría comprarse un deportivo de seis cifras para que luego se condujera por sí mismo?

Ahora bien, esta línea de actuación se matiza al hablar de un modelo que supondrá un punto de inflexión para Lamborghini, el Urus. El SUV, que llegará durante 2018, buscará aumentar de manera radical la producción anual del fabricante y, además, dada su naturaleza, no podrá ser comparado con sus hermanos, Huracán y Aventador.

Reggiani apunta: “Tendremos control de crucero adaptativo, una cámara, mantenimiento de carril… Todos los sistemas disponibles en un coche premium también lo estarán en el Urus, pero nada que se acerque a la conducción autónoma real”. Y continúa: “Habrá conectividad en el Urus, y para nosotros tiene que ser parte de la experiencia del usuario, queremos un sistema específico, no algo que ya esté disponible en el mercado”.