No hace mucho Lotus presentó el modelo más rápido de su historia: el Exige Sport 380. Ahora, apenas dos meses después, ha cedido el título, teniendo que conformarse con ser el más rápido de los modelos de calle. El nuevo gallo del corral es el Lotus Exige 380 Race.
Como su nombre indica, es un modelo desarrollado a partir del coche de serie pero con una puesta a punto para dar que hablar en los circuitos de competición.
Lo primero ha sido rebajar su peso, que se queda en 998 kilos gracias a la eliminación de los faros, la sustitución de las ventanas por metacrilato, la instalación de un capó y un techo de fibra de carbono, la incorporación de un escape de titanio que ahorra 10 kilos y al vaciado interior que ha dejado un habitáculo formado únicamente por el asiento tipo báquet, la jaula antivuelco y los controles.
El apartado mecánico también ha recibido el pertinente remozado, algo indispensable teniendo en cuenta que mantiene el mismo motor de su hermano de calle, un 3.5 V6 de 375 CV y 410 Nm. El bloque se combina con un cambio Xtrac automático secuencial de seis velocidades, cuenta con diferencial de deslizamiento limitado, Öhlins firma los amortiguadores regulables en altura y dureza, los frenos son Brembo de alto rendimiento y el calzado son unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2.
La guinda la pone su trabajada aerodinámica que, gracias al splitter delantero y al alerón trasero, le permite generar una carga de 240 kilos a 270 km/h.
Se pondrá a la venta en mayo a un precio que al cambio supera los 110.000 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.