Coches míticos de cine hay muchos, pero si hay una sociedad indisoluble entre un personaje y los coches de alta gama, ese es James Bond. Los diversos actores que han dado vida al Agente 007 siempre han tenido a su disposición deportivos y vehículos de lujo, un amplia lista en la que destaca un modelo: el Lotus Espirit S1 submarino que apareció en La espía que me amó.
La película se estrenó en 1977 y, para celebrar las cuatro décadas que han pasado desde su lanzamiento, Lotus Exclusive, la división de personalización de la marca, ha creado un Evora Sport 410 único y exclusivo a imagen y semejanza del que condujo Roger Moore.
La carrocería, en blanco inmaculado, está recorrida por la reconocible línea negra que parte del frontal y surca los laterales perfilando los pasos de rueda. El negro está presente además en numerosas zonas: las carcasas de los retrovisores, el techo, los faldones, la parrilla delantera y los faros traseros. También en la zaga, la ventana está cubierta por una pieza de fibra de carbono.
En el habitáculo se han combinado tres tipos de tapicería. El Alcantara forra el salpicadero, la columna central y la mayor parte de las puertas; pero en estas también hay tela con diseño tartán, que a su vez repite en la base y los respaldos de los asientos, cuyos laterales son de piel.
Desde la marca han considerado que no es necesario llevar a cabo mejoras mecánicas. Con un peso de 1.280 kilos, el Lotus que homenajea a James Bond confía en un motor 3.5 V6 de 410 CV y 420 Nm de par para pasar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.