Los frenos del Bugatti Chiron ya se imprimen en 3D

Bugatti ha impreso en tres dimensiones la primera pinza de freno de titanio del mundo, empleando 2.213 capas del material.

Bugatti Chiron

El primero del mundo.

Bugatti está acostumbrada a acaparar titulares y el Bugatti Chiron, más de lo mismo. No parece raro: la marca tiene una facilidad pasmosa para innovar y llevar la técnica y la tecnología a un nuevo nivel, algo que ha vuelto a demostrar imprimiendo en 3D la primera pinza de freno de titanio del mundo.

Cabe recordar que en este aspecto el Chiron no va precisamente cojo, ya que emplea normalmente pinzas de aleación de aluminio de alta resistencia con ocho pistones de titanio en el eje delantero y con seis en el trasero.  Son los frenos de serie más grandes de la historia, al menos hasta que el Bentley Bentayga V8 comience a fabricarse. Sin embargo, la impresión 3D los lleva a un nuevo nivel.

La aleación de titanio utilizada en las pinzas 3D del Bugatti Chiron ofrece un rendimiento mucho mayor, ya que resiste una fuerza de hasta 125 kilos por milímetro cuadrado antes de romperse. Además, es mucho más ligera: pesa solo 2,9 kilos por los 4,9 habituales, hasta un 40% menos. Y todo ello sin reducir sus dimensiones, ya que mide 410 mm de largo, 210 mm de ancho y 136 mm de alto.

Un punto importante es la capacidad de tratar el titanio mediante impresión 3D, algo que hasta hace no mucho era inconcebible. Para conseguirlo se utilizó la impresora del Laser Zentrum Nord (Hamburgo, Alemania), la más grande del mundo cuando empezó el proceso. Sus cuatro láseres de 400 vatios derriten el polvo de titanio para darle la forma adecuada en una operación que dura 45 horas, y para la que se emplean 2.213 capas del material.

Más tarde pasa por un tratamiento de calor, comenzado a 700 grados de temperatura para acabar en 100, en el que se reduce el estrés residual de material. La última fase consiste en un proceso químico.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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