Las autocaravanas y campers se han convertido en el nuevo vehículo de moda para viajar. Al combinar medio de transporte y alojamiento, tienen grandes ventajas para disfrutar de las vacaciones.
Pese a que puedan abaratar el coste del viaje y permitan una gran libertad de organización, también presentan grandes inconvenientes. Por ejemplo, en términos de espacio y comodidad.
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Estos aspectos negativos, unidos a una mala compra, se convirtieron en la pesadilla de un matrimonio de jubilados de Canadá. La mujer, Marie L. Mangin, ha contado su historia en Business Insider.
La mujer, una profesora jubilada, explica que su sueño y el de su marido era comprar una autocaravana para disfrutar de los viajes por carretera. De hecho, la idea era vivir en este vehículo y viajar sin límites ni impedimentos.
Cuando ambos se jubilaron, se pusieron a buscar la autocaravana perfecta. Encontraron una de los años 90 y fue como amor a primera vista. Tenía todo lo que necesitaban y, de primer vistazo, parecía que estaba en buenas condiciones. Así que sin dudar, este matrimonio emprendió su primer viaje, durmiendo en la entrada a la casa de un familiar. Ahí empezaron los problemas.
“No cabíamos de pie”
El espacio para dormir era muy pequeño y apenas pudieron descansar unas horas. Además, empezaron a detectar varios fallos en la autocaravana. Cuando emprendieron un viaje más largo, a un festival de música de cuatro días, estos inconvenientes se convirtieron en una pesadilla. Empezando porque no habia ni electricidad ni agua donde estaban aparcados.
La autocaravana estaba llena con sus cosas, por lo que tenían que estar constantemente moviendo y cambiando objetos de sitio para poder pasar. Además, en el lugar se dieron cuenta de que ni siquiera podían estar de pie dentro del vehículo debido a las reducidas dimensiones.
Pero es que el vehículo, en teoría, disponía de un generador y un microondas que, en el momento, se dieron cuenta de que estaban rotos. Tal y como explica Marie L. Mangin, se fiaron del vendedor y se arrepienten de no haber revisado la autocaravana más en profundidad.
Al final, consiguieron deshacerse del vehículo, vendiéndoselo a otro matrimonio y advirtiéndoles de los fallos. “No necesitamos una autocaravana para hacer los viajes por carretera que siempre habíamos soñado”, explica Mangin. Ahora, viajan cómodamente en su coche y van buscando en la ruta los alojamientos que más les convienen. Y si tienen desayuno incluido, mejor.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.