Con la cuarta generación del Prius, Toyota se decidió a ampliar sus horizontes lanzando una variante híbrida enchufable del modelo, el Prius Plug-in (llamado Prime en otros mercados). Dejando a un lado las ligeras diferencias estéticas y de equipamiento entre uno y otro, el punto destacado de esta versión es la presencia de una batería de mayor capacidad (8,8 kWh) que amplía su autonomía 100% eléctrica hasta los 35 kilómetros.
A pesar de la mejora, la cifra se queda algo escasa para algunos sectores de clientes potenciales, por lo que la marca ha decidido añadir un curioso opcional a su oferta: placas solares para el techo.
Las células fotovoltaicas capturan la luz solar y recargan de manera continua el sistema, actuando como apoyo para las baterías y ampliando la autonomía eléctrica del modelo hasta un 10%.
Y no solo a las baterías irá destinada la energía extra, estará conectada con el sistema eléctrico del vehículo, por lo que alimentará el aire acondicionado, las luces interiores, los elevalunas y las tomas de 12 voltios. Además, Toyota admite estar evaluando un rango más amplio de aplicaciones para un futuro inmediato.
LA CUESTIÓN DE LA SEGURIDAD
Este peculiar accesorio ya está a la venta en Japón y pronto llegará a Europa pero, al menos de momento, no estará disponible en el mercado estadounidense. El motivo se debe a problemas con las pruebas de seguridad.
En su configuración actual, el techo fotovoltaico no está formado por un cristal laminado suficientemente resistente, por lo que en vuelcos y accidentes podría llegar a saltar en pedazos.
Koji Toyoshima, ingeniero jefe del Prius Plug-in, lamenta la situación: “Nos gustaría introducir la opción en el mercado americano durante la presente generación del modelo […] ayudaría mucho a la carga en lugares como California o Arizona”.
LA IDEA NO ES NUEVA
Aunque sea la primera vez que se vaya a estar disponible en un coche de tanto volumen como el Prius, no es la primera ocasión en la que se baraja e incluso aplica la idea de instalar placas solares en un coche.
Varios prototipos han coqueteado con el concepto, como el Ssangyon e-XIV y el Ford C-Max Solar Energi Concept. El primero empleaba las células fotovoltaicas para alimentar los paneles de instrumentos, la climatización y el sistema de infoentretenimiento; mientras que el de la marca del óvalo utilizaba las fotocélulas para ampliar su autonomía, usando un sistema concentrado que permitía extraer un 50% más de energía con la misma superficie.
También hay ejemplos en modelos de producción, como el extinto Seat Exeo. Ya en 2008, la berlina española contaba con unos pequeños paneles que activaban un sistema de climatización autónomo, refrigerando el coche si la temperatura interior subía demasiado al estar estacionado.
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