Cuando quieres un coche de competición, pero que también pueda usarse en carretera abierta, hay ciertos elementos que son incompatibles, partes obligatorias para un uso que penalizan en el otro y viceversa. Esto suele plantear una cosa: problemas. Es el caso del SCG003 Stradale, un deportivo creado por la Scuderia Cameron Glickenhaus con el objetivo de competir en campeonatos, pero con tres variantes distintas para adaptarse a diversos ámbitos.
La versión ‘Competizione’ ya ha participado en eventos como las 24 Horas de Nürburgring, el ‘Stradale Competizione’ es válido para el campeonato y mediante un cambio de motor pasa a ser legal en carretera y, por último, el ‘Stradale’ resulta la versión más comedida, pensada para calle… y la que ha causado cierto conflicto.
Y es que hay ciertos elementos necesarios para su homologación de los que carece, como por ejemplo los airbags. Esto en Europa no supone un gran problema, porque comercializándolo como un coche de serie pequeña (EC SSTA) no es necesario incluirlos.
En Estados Unidos esta opción no existe y la única manera de pasar los controles es comercializarlo como kit car, lo que básicamente significa que se venden las piezas y luego hay que montarlas en casa.
El fabricante es consciente de que muchos de sus clientes no son unos mecánicos consagrados o que simplemente no quieren ponerse a construir su propio deportivo, por lo que ofrece la opción de, junto con todas las partes del SCG003 Stradale, enviar un mecánico profesional que en tres días lo tenga listo.
No esta mal el detalle teniendo en cuenta que cada una de las 10 unidades que se producirán costará 1,3 millones de dólares, algo más de un millón de euros al cambio.
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