De sobra es conocido que las marcas (automovilísticas y de motocicletas) limitan electrónicamente la velocidad máxima de sus modelos, por norma general a 250 km/h los primeros y a 299 las segundas. Pero los motores de hoy en día dan para mucho, mucho más. He aquí un buen ejemplo, una brutal BMW S1000RR a la que se le ha deslimitado la centralita, permitiendo que alcance los 322 km/h de punta.
Nota 1: Huelga decir que hacerlo en carretera abierta y con tráfico es una locura, y que el protagonista del vídeo tendría que pasarse una temporada en prisión y ver cómo le quitan el carné de por vida.
Nota 2: Y encima sin guantes y en manga corta, claro que sí campeón.
Nota 3: Si no funciona el reproductor, pincha este enlace
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