El presidente de Ford Europa, Stephen Odell, confirmó ayer en una conversación telefónica con varios periódicos europeos, el traslado de la producción de los modelos Mondeo, S-Max y Galaxy desde la planta belga de Genk y que se unirán a las recientemente incorporadas del todocamino Kuga y el comercial Transit Connenct.
Tras la llegada de Allan Mullaly a la presidencia en septiembre de 2006, Ford inició un proceso de reestructuración de sus plantas en Estados unidos que se ha trasladado ahora a Europa y que supone, tras esta primera fase, el cierre de tres plantas, la de Genk (4.300 empleos) y las de Southampton y Dagenman en Reino Unido (1.400 empleos). A ellos se añaden 500 puestos administrativos, por lo que el numero total de empleados afectados es de 6.200, el 13% de la plantilla.
Odelll confirmó también que con el plan que se ha puesto en marcha esperan recuperar la rentabilidad a mediados de esta década (este año la filial europea tiene previsto perder algo más de 1.100 millones de euros) y a más largo plazo alcanzar un margen de beneficio entre el 6% y el 8%.
En cuanto al coste del ajuste, el director financiero de la multinacional, Bob Shanks, afirmó que las indemnizaciones previstas son de 100.000 dólares por empleado (77.520 euros), lo que supone un total de 620 millones de dólares, 480 millones de euros.
El plan de reestructuración supone la reducción de un 18% de la producción de Ford en Europa, unas 335.000 unidades al año. Tanto para este año como para el próximo, las previsiones del gigante americano es de que el mercado europeo se sitúe en torno a los 14 millones de automóviles y no se alcancen los 15 millones hasta más adelantada la década.
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