Larmar: el coche más estrecho del mundo

El mundo del automóvil está lleno de modelos que baten récords. Normalmente se suele prestar más atención a aspectos como la potencia o la velocidad, pero también hay modelos que destacaron en categorías que se pueden considerar como menores. Por ejemplo, ¿cuál es el coche más estrecho del mundo?

Hay que retroceder en el tiempo para encontrarlo, a mediados del siglo pasado. Fue en 1948 cuando fue lanzado el Larmar, y en este caso la fecha tiene una importancia capital.

Europa sufrió los estragos de la Segunda Guerra Mundial desde el año 39 hasta el 45, pero una vez terminado el conflicto bélico, sus consecuencias seguían muy presentes. Una de ellas afectaba a los soldados que, por las heridas recibidas, habían quedado inválidos.

En Inglaterra, viendo la enorme cantidad de ellos que había, la compañía Larmar Engineering creó el Larmar, un coche realmente estrecho que tenía como objetivo facilitar la movilidad de los soldados heridos.

Fue por eso que se tomó como marco de referencia el ancho estándar de una puerta de jardín en el país, dos pies y seis pulgadas, para hacer un coche que cupiese por ella, con un ancho de solo dos pies y cuatro pulgadas. Traducido al sistema métrico decimal, el Larmar solo mide 71,12 centímetros de ancho, suficiente para dar cabida a un adulto.

A pesar de ello, tampoco era un coche muy pequeño, especialmente por su largo capó, que hacía las veces de maletero (el motor iba en la parte trasera) y del que se decía que era capaz de transportar toda la compra semanal para una familia entera, por lo que la compañía lo publicitó también como un coche indicado para las mujeres.

Los motores del coche más estrecho del mundo

Dadas sus dimensiones y su enfoque urbano, hasta el punto de poder acceder con él incluso a comercios, no necesitaba una mecánica excesivamente potente.

Cuando salió al mercado se ofrecía con un propulsor monocilíndrico de cuatro tiempos y 246cc que desarrollaba una potencia de 7,5 CV, asociado a una caja de cambios de tres marchas para alcanzar velocidades de hasta 55km/h.

No tardó mucho en llegar una segunda motorización de mayor rendimiento, en 1950 se sumó un motor de dos cilindros y 350cc que entregaba 10 CV.