¿Cuál fue el primer coche de la historia en producirse en serie?

Este elemento, indispensable en la actualidad para comprobar la velocidad a la que se circula, no siempre estuvo presente en los automóviles.

Oldsmobile Curved Dash
Un ejemplar conservado del Oldsmobile Curved Dash.

El automóvil, tal como se concibe hoy en día, es fruto de una evolución continuada a lo largo de más de un siglo. A priori, poco tiene que ver un coche de 2025 con el primero de la historia, el Benz Motorwagen de 1886, pero entre ellos decenas de miles de modelos han evolucionado su concepto de manera paulatina. En esa historia, siempre ha pioneros que fueron los que debutaron una tecnología que a día de hoy se puede considerar básica. Valga como ejemplo, ¿cuál fue el primer coche de la historia en producirse en serie?

No se trata de una tecnología que lleve el coche en sí, pero sí es la tecnología que permitió abaratar el coste de producción de los automóviles hasta tal punto que hoy en día casi cualquier persona puede permitirse comprar uno.

Este honor le corresponde al Oldsmobile Model R, también conocido como Oldsmobile Curved Dash, al contrario de la creencia popular que le otorga este hito al Ford Model T.

El motivo es sencillo: se trata de una cuestión de fechas. El Oldsmobile, tras un incendio que eliminó otros prototipos de la marca, quedó como único modelo servible, así que empezó a fabricarse en serie en 1901, mientras que el vehículo de Ford no empezaría a hacerlo hasta 1908, siete años de diferencia entre uno y otro.

Oldsmobile Curved Dash

Ahora bien, ¿por qué el de la marca del óvalo ha sido recordado para la posteridad y el que de verdad consiguió el logro apenas es recordado? Se debe a los números de uno y otro. Del Curved Dash solo se produjeron 19.000 unidades hasta que dejó de fabricarse en 1907, mientras que del Model T, entre 1908 y 1927, salieron de fábrica más de 16 millones de unidades, con lo que eclipsó totalmente a su predecesor.

Así era el Oldsmobile Curved Dash

Es un vehículo tipo ‘runabout’ es decir, que comparte el mismo formato de los coches de caballos de la época, pero cambia estos por un motor. Tenía capacidad para dos personas, que iban sentados en una suerte de sillón, con una palanca en el medio para controlar el vehículo y un techo que les protegía del sol y la lluvia.

Emplea un motor muy sencillo, monocilíndrico y que desarrollaba 4 CV, una cifra muy baja para los cánones actuales, pero que estaba en la media habitual de la época. Su precio, 650 dólares, también parece barato desde el prisma actual, pero suponía una pequeña fortuna por aquel entonces.

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