¿Es posible saber el precio de un coche de segunda mano solo con su matrícula?

Muchas empresas de compraventa de vehículos anuncian “la mejor tasación del mercado” en cuestión de minutos, y aseguran poder ofrecer una valoración con solo introducir la matrícula del coche. Aunque es cierto que se puede obtener un dato inicial, este es meramente orientativo.

Para calcular el precio real de un coche en el mercado de segunda mano, es imprescindible conocer su fecha de matriculación. Este dato permite a los especialistas determinar su valor venal, que sirve como punto de partida para cualquier tasación. A partir de ahí, el precio final puede variar en función de otros factores.

El valor venal se estima, efectivamente, a partir de la matrícula. Es el método que emplean las aseguradoras para calcular indemnizaciones en caso de siniestro o robo. Este valor depende de la marca, el modelo, la antigüedad (es decir, la fecha de matriculación) y los extras del vehículo. En resumen, es lo que vale el coche para una aseguradora.

Sin embargo, este cálculo no contempla el kilometraje, el estado de conservación ni el historial de mantenimiento. El valor venal disminuye con los años y se calcula a partir de su valor oficial, utilizando una tabla publicada por el Gobierno en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que clasifica los vehículos por marcas y modelos.

El valor venal y la antigüedad del coche

A ese valor oficial se le aplica un coeficiente reductor según la antigüedad del coche. Por ejemplo, si tiene menos de un año, su valor venal coincide con el oficial. Si tiene entre tres y cuatro años, baja al 56%. Y si supera los siete años, se reduce al 34%.

Las empresas de compraventa utilizan este valor como referencia inicial y como reclamo para los propietarios. No obstante, la tasación definitiva se basa en el valor de mercado, que suele ser superior al venal. Para ello, analizan el kilometraje, el estado general del coche y su mecánica.

Tras introducir los datos básicos, estas compañías solicitan más información mediante un formulario: versión exacta del modelo, kilometraje aproximado, fecha ideal de venta y, sobre todo, un correo electrónico de contacto. Una vez obtenido el e-mail, piden detalles adicionales como el kilometraje exacto, número de llaves, estado de la ITV y datos específicos sobre la carrocería, el motor y la electrónica. Con esta información —y las fotos que aporta el propietario— pueden realizar una tasación más ajustada a la realidad del vehículo.