La DGT lleva los alcoholímetros a la carretera en la semana previa a la Navidad

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha este lunes una campaña especial de vigilancia y sensibilización para evitar el alcohol y las drogas al volante. Esta operación disuasoria estará activa hasta el 21 de diciembre e incluirá controles de alcoholemia y drogas a cualquier hora del día y en cualquier vía interurbana. 

Tráfico aún considera imprescindibles estas campañas: aunque la mayoría de automovilistas evita el consumo, este tiene todavía consecuencias devastadoras. Un informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses certifica que el 48% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico en 2024 habían consumido alguna sustancia tóxica. 

El jefe provincial de Tráfico de Madrid, Cristóbal Cremades, ha subrayado que el consumo de alcohol “se mantiene como segunda causa concurrente más frecuente en los siniestros mortales”. Estuvo presente en el 12% “de siniestros con víctimas de 2024 y en el 28% de aquellos que registraron víctimas mortales, con 273 casos asociados, 27 más que en 2023”.

Como en años anteriores, la DGT intensifica esta vigilancia específica durante los días previos a la Navidad, en los que son frecuentes las comidas y cenas de amigos y de empresa. Tráfico ha invitado a las policías locales a sumarse a la campaña para realizar la vigilancia lo más próxima a las zonas de consumo y evitar una mayor exposición al riesgo ya desde las vías urbanas. El organismo prevé realizar unas 35.000 pruebas de alcohol y drogas diarias.

En las últimas campañas realizadas en torno a las fechas navideñas entre 300 y 400 conductores dieron positivo cada día, por lo que la DGT llama a la responsabilidad ciudadana para evitar riesgos añadidos a la seguridad vial.

Nuevo límite de alcoholemia

Con esta semana de vigilancia específica, la DGT lleva los alcoholímetros de forma masiva a las carreteras a la espera de que el Congreso apruebe la rebaja de los límites de alcoholemia, ya en la recta final de los trámites parlamentarios, aunque a la espera de que la votación definitiva llegue al Parlamento. Se trata de una modificación legal que supondrá un cambio definitivo (en la práctica, nada de alcohol al volante) y que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el director general de Tráfico, Pere Navarro, han reclamado con insistencia.

“Los tiempos de tramitación parlamentaria los marca el Congreso y los respetamos, pero no hay excusa que justifique retrasar la aprobación de esta iniciativa. Aspiro a que entre en vigor este año y por eso hago este llamamiento: es inaplazable. Es un tema de salud publica y de seguridad. Todos tenemos la responsabilidad de que sea una realidad ya”, afirmó el ministro en septiembre. Con el curso parlamentario ya cerrado, la reforma de la ley de tráfico tendrá que esperar a 2026.

El límite actual es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, salvo para los conductores profesionales y noveles (0,30 gramos). En el alcoholímetro, los límites son, respectivamente, de 0,25 y 0,15 miligramos por litro de aire. La propuesta de Tráfico (respaldada mayoritariamente por la sociedad, según ha detectado la DGT) es dejar el límite para todos en 0,20 gramos (0,10 en el alcoholímetro).

Noruega y Sueca impusieron ese límite en 1990 y la rebaja supuso –“acompañada de otras medidas complementarias”, en palabras de la DGT– una reducción del 12% en los siniestros con víctimas y una disminución de un 8% en el número de siniestros mortales.