Volvo está renovando poco a poco toda su gama, pero hay un modelo que necesita una actualización importante: el V40. En el mercado desde 2012, su nueva generación llegará como muy tarde en 2019 y lo hará cargada de novedades, tanto en la estética como en la mecánica.
Su diseño partirá del prototipo Volvo 40.2 Concept que vio la luz el año pasado, estrenando proporciones en gran parte debido al uso de la plataforma Compact Modular Architecture (CMA) que ya emplea el XC40. Henrik Green, responsable de I+D de la marca, comenta que “la plataforma CMA es buena para construir un SUV, pero también para modelos más bajos y dinámicos”.
Su uso supondrá un aumento de la distancia entre ejes del compacto, que crecerá hasta los 2.702 milímetros, ofreciendo más espacio interior, lo que supondrá una ventaja respecto a sus rivales directos.
De hecho, el empleo de la plataforma CMA tiene una razón de ser muy básica. “Nos da mucho margen de acción. Todo es posible, desde SUV a modelos realmente bajos. Hemos diseñado la CMA desde el principio para poder crear versiones electrificadas de los modelos”, afirma el mismo responsable de la marca.
Y es que el Volvo V40 presentará varias opciones. La primera será una variante híbrida enchufable, pero se llevarán el protagonismo las eléctricas, que será dos. Green apunta: “Para cada modelo eléctrico normalmente tendremos como mínimo dos tamaños de baterías para ofrecer. El pequeño será más asequible pero tendrá una mayor limitación de alcance, mientras que el grande será más caro, pero tendrá más autonomía y potencia”.
Eso no implica la ausencia de las versiones tradicionales, ya que también habrá opciones diesel (los D3 y D4 tetracilíndricos) y gasolina (T3 tricilíndrico y los T4 y T5 tetracilíndricos), con tracción delantera o integral a elegir.
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