Todos esperamos las vacaciones con impaciencia, pero lo cierto es que prepararse para un largo viaje hasta el lugar de destino puede ser bastante arduo. Si se realiza por carretera aparecerán los atascos, con la necesidad de colocar bien a los niños en el coche, de comprobar que todos los aspectos del vehículo funcionan correctamente… y tendremos que meter en el maletero todos los bultos que transportemos.
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Y es que, salvo aquellos que cuenten con una furgoneta, con un SUV de siete plazas (y se abatan las dos traseras) o con un modelo con carrocería ranchera, todos los demás tienen ante sí una tarea que puede ser desesperante. Por ello, estos son algunos consejos sobre cómo organizar el maletero del coche, que se resumen también en el vídeo facilitado por Seat.
Lo grande y pesado, al fondo: es conveniente meter las maletas más grandes y pesadas al fondo. Por un lado, no presionarán el resto de bultos, pero, más importante, es más seguro, puesto que asienta el peso más abajo, rebajando el centro de gravedad, y reduce las posibilidades de que se muevan en caso de frenazo o volantazo.
Todo bien sujeto: la presencia de objetos sueltos en el maletero o el habitáculo hace que se puedan transformar en proyectiles en caso de accidente. Por ese motivo conviene afianzarlos empleando sistemas como cinchas o las redes de organización que ofrecen muchos vehículos o se pueden comprar como accesorio. La presencia del cubremaleteo también ayuda a mantenerlos en su sitio.
Aprovechar bien el espacio: se debe tener en cuenta que los coches tienen muchos huecos portaobjetos por todo el habitáculo, así que es buena idea emplearlos para alojar los objetos más pequeños y que así se libere espacio en la zona de carga.
Asegurar los asientos traseros: en caso de que las plazas no vayan ocupadas, atar los cinturones de seguridad traseros supone un sistema de retención añadido para que la carga del maletero no salga disparada en caso de accidente.
Considerar las características del coche: cada tipo de vehículo ofrece ventajas o desventajas. Así, no es lo mismo cargar un maletero con un enorme portón o con una puerta de apertura lateral, que uno cuya boca de acceso sea más reducida. En algunos casos las maletas grandes son la solución, mientras que en otro es preferible utilizarlas de un tamaño menor y que no sean rígidas, para que así se adapten mejor al espacio.
Ser selectivo: muchas veces llenamos las maletas de “por si acaso”, motivo que hace que se lleve mucho más de lo que en realidad hace falta. Ir tan cargados no solo es más engorroso y molesto, sino que además supone un peso extra que perjudicará al consumo del coche.