No solo existen las motos eléctricos pequeñas. Hay marcas que están desarrollando motos de segmentos superiores con esta naturaleza, y la Damon Hypersport es un claro ejemplo de ello. Se presenta como una superbike eléctrica equivalente a las tradicionales de 1000cc, con unas prestaciones muy similares e incluso unas cifras de autonomía que parecen paliar uno de los mayores problemas de estos modelos a pilas.
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Tiene una potencia de 200 CV, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos y alcanzar una velocidad máxima de 320 km/h. El propulsor está alimentado por una batería de ion-litio con refrigeración líquida y 20 kWh de capacidad, lo que le permite un alcance de hasta 323 kilómetros si se circula por carreteras interurbanas y autovías, y hasta 482 kilómetros si rueda por dentro de la ciudad. Otro punto interesante es que su tiempo de recarga completo es de unas tres horas si se utiliza un cargador de nivel dos.
Además, es un modelo cargado de tecnología. No tiene retrovisores convencionales, sino cámaras que muestran lo que ocurre en una pantalla en el cuadro de mandos. Por otra parte, el CoPilot agrupa asistentes de seguridad de 360 grados que avisan al piloto de cualquier peligro que lo rodee. Y el modo ‘Shift’, con solo pulsar un botón, modifica la posición de la cúpula, los reposapiés, el manillar y el asiento para pasar de un modo más deportivo a uno más relajado.
Eso sí, por el momento el precio de un modelo así es elevado. La Damon Hypersport básica cuesta 24.995 dólares (unos 22.500 euros al cambio), mientras que la serie especial de lanzamiento, denominada Premier, limitada a 25 unidades y con añadidos como frenos Brembo y suspensiones Ohlins, sube hasta los 40.000 dólares (36.000 euros al cambio).
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