Las multas por infringir la normativa respecto a las matrículas de los vehículos son de diversa naturaleza. Las hay por llevar la placa sucia e ilegible, pero también por modificarla o falsificarla.
En estos últimos casos, se puede incurrir incluso en un delito. En concreto, de falsedad documental, un ilícito al que van asociadas desde multas hasta penas de prisión.
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Dos hombres de 58 y 32 años de edad han sido detenidos como presuntos autores de un delito de este tipo por la matrícula que llevaba el vehículo con el que circulaban. Para tratarse de un intento de falsificación o de ocultación de la matrícula real del vehículo (un Mercedes-Benz GLC 300d, nada más y nada menos), el empeño con el que se ha fabricado la placa falsa no ha sido excesivo.
Y es que, al darles el alto la Guardia Civil en la A-6, a la altura de Becerreá (Lugo), los agentes se percataron de que la matrícula del Mercedes-Benz no era más que un cartón pegado sobre el soporte con cinta aislante y los números escritos a mano con bolígrafo negro.
Ni las matrículas ni los papeles eran legales
Vaya, que no fue difícil detectar que las matrículas de este coche no eran las que le correspondían. Al pedirles a los ocupantes del vehículo los papeles, estos entregaron un permiso de circulación con fecha de 2023 que, tras la correspondientes comprobación, se descubrió que no era legal.
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Además de esta suerte de matrícula, los agentes encontraron otras dos similares, también de cartón y escritas a mano, en el maletero del Mercedes-Benz. La numeración de estas dos matrículas falsas no correspondía con los datos del también falseado permiso de circulación.
Para excusarse, ambos varones explicaron que el coche había sido importado desde Alemania y que lo estaban probando. El destino era un empresa de compraventa de vehículos usados, que en teoría habría emitido las matrículas provisionales necesarias, pero los agentes de la Guardia Civil descubrieron que estaba extinguida. Los dos detenidos han pasado ya a disposición judicial.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.