Aunque los todocaminos pequeños sean los que estén más de moda en 2018, Audi ha querido apostar por el tamaño XL con su último modelo, el Audi Q8. El SUV se sitúa entre los más grandes de la gama (solo por debajo del Q7 en longitud, de hecho) y muestra una clara aspiración deportiva gracias a una imagen cupé que busca medirse de tú a tú con los BMW X6 y Mercedes GLE Coupé, e incluso (cuando se desvele su versión RS) con el todopoderoso Lamborghini Urus.
Se trata de un vehículo de considerables dimensiones, con una longitud de 4.986 mm, una anchura de 1.995 mm y una altura de 1.705 mm. Esto, sumado a una distancia entre ejes de casi 3 metros, garantiza un enorme espacio interior que, además, disfrutarán únicamente cinco pasajeros. La banqueta trasera, que puede estar formada por tres asientos individuales, se abate para que el maletero alcance una capacidad máxima de 1.755 litros desde sus 607 litros básicos.
Además de por su tamaño, el Audi Q8 llama la atención por su diseño, que se ha mantenido muy fiel al visto en los prototipos. La enorme parrilla Singleframe destaca por su entramado rectangular y por su marco hexagonal bastante ancho, que se une con unos estilizados grupos ópticos en la parte superior y con las entradas de aire en la inferior. Con protecciones de aluminio en el frontal y la zaga, huye del socorrido plástico negro en los bajos que utilizan la mayoría de los SUV. Los nervios del capó están muy marcados, pero no así los pasos de rueda, que quedan definidos por la línea de cintura. La caída del techo es bastante progresiva hasta que llega a una zaga presidida por un pequeño alerón, un gran portón y unos faros que ocupan todo el ancho del vehículo.
El habitáculo apuesta por la sencillez y la tecnología. Materiales como el cuero y el Alcantara dan forma a la tapicería, dejando el aluminio y el piano lacado para molduras y salpicadero. Está prácticamente liberado de botones físicos, confiando en una configuración de triple pantalla (cuadro de instrumentos, consola central y suplementaria inferior) para todo lo que tiene que ver con los controles.
Como es de esperar en el que será el nuevo buque insignia SUV de la marca de los cuatro aros, está cargado de tecnología: sistema MMI Navegación Plus, punto generador de Wi-Fi, servicios online Audi Connect, acceso sin llave, sistema de Audi Bang & Olufsen, cámara de 360 grados, asistente de bordillos, control de crucero adaptativo, asistente de cambio de carril involuntario, aparcamiento autónomo…
Aunque se trate de su modelo más grande, Audi promete que su conducción será deportiva a la par que eficaz fuera del asfalto. El Audi Q8 cuenta con sistema de tracción integral quattro con diferencial mecánico que reparte la fuerza en proporción 40:60 entre ambos ejes, la suspensión regula su dureza (la neumática es opcional), la dirección es progresiva, el eje trasero también es direccional y todas sus versiones tienen hibridación suave ‘mild-hybrid’ con sistema eléctrico de 48 voltios y alternador BAS. Esto permite ahorrar combustible, ya que activa el start-stop a 22 km/h y permite circular por inercia con el motor de combustión desactivado a velocidades de entre 55 y 160 km/h.
Por el momento solo se han confirmado tres mecánicas para el modelo. El gasolina será el Audi Q8 55 TFSI con motor 3.0 V6 biturbo de 340 CV, y los diésel el Q8 50 TDI con motor 3.0 V6 de 286 CV y el Q8 45 TDI, con el mismo bloque pero de 231 CV de potencia y que llegará más adelante. Los diésel emplean la caja de cambios Tiptronic de ocho velocidades, mientras que el gasolina recurre a una automática de doble embrague de siete relaciones.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.