Si eres una marca de automóviles de lujo y quieres dar un golpe sobre la mesa para demostrar el nivel de tus modelos, hay un lugar del mundo en el que tienes que impactar a tu posible clientela: Dubái.
Decir que allí el lujo y el dinero son el pan de cada día es quedarse cortos y, en una ciudad en la que el coche promedio debe de ser un Maserati, para llamar la atención tienes que hacer algo realmente espectacular.
Bentley lo ha tenido muy claro: montar el megaconcesionario más grande del mundo con seis plantas y una superficie de 6.967 metros cuadrados. Quizá, solo quizá, sea un espacio algo excesivo teniendo en cuenta que la gama del fabricante está compuesta por solo cuatro modelos. Pero qué más da.
En el concesionario se ha aprovechado el espacio para incluir todo tipo de detalles que destilan calidad. Por ejemplo, la Aqua Graphic Water Curtain (una cascada virtual) lee las matrículas de los coches y da la bienvenida a los clientes habituales, el mobiliario está fabricado con los mismos materiales disponibles para el interior de los Bentley, hay una sala VIP y una habitación Mulliner, dedicada a la división de personalización de la marca para que los clientes puedan configurar el coche a su gusto.
Y por si su tamaño se quedaba corto, Bentley se ha asegurado la visibilidad del concesionario con una pared exterior cubierta por 160.000 LED que pueden proyectar cualquier imagen o vídeo.
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