Desde hace años el proceso de producción de SUV de BMW se ha basado en todocamino de apellido impar y todocamino deportivo de número par a su lado. Al X5 le acompañó el X6, al X3 el X4, y solo era cuestión de tiempo que llegara la segunda parte del dúo del X1. Lo adelanta el X2 Concept, que se atreve con un diseño más personal que el de sus hermanos mayores.
Es lo que más llama la atención: cuando el sector esperaba un mini-X4 (que a su vez es un mini-X6), la marca alemana se ha desmarcado y ha creado lo que a todas luces en una versión musculada del X1 con una caída de techo similar a la de un compacto, lo que mejora su capacidad de maletero.
Como ocurre con todo prototipo, su deportiva estética se relajará en la versión de producción. Las líneas generales se mantendrán, pero las entradas de aire del paragolpes serán menores, las llantas no tendrán 21 pulgadas de diámetro, los retrovisores serán más convencionales y, seguramente, las protecciones inferiores de plástico sean algo más voluminosas. No hay que descartar, eso sí, que un hipotético X2M (la versión con más prestaciones del futuro X2) acabe siendo bastante similar al prototipo.
Por el momento, BMW no ha desvelado nada sobre sus motores, cajas de cambios o sistemas de tracción (aunque es probable que cuente con delantera en las versiones básicas, igual que el X1).
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.