El Ayuntamiento de Madrid puso en marcha el viernes pasado los cortes de tráfico en el centro de la ciudad con un objetivo doble: dar espacio a los peatones en las calles más concurridas y ensayar posibles medidas futuras relacionadas con la movilidad y la contaminación.
A pesar de que la decisión no gusta a todo el mundo (el presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, cree que es una medida «poco meditada»), las restricciones a la circulación en el centro de Madrid van a estar activas durante toda esta semana (24 horas al día) y se repetirán en Navidad, del 24 de diciembre al 8 de enero.
Hasta ahora, las ciudades españolas no han hecho grandes esfuerzos para solucionar los problemas de movilidad urbana. Esta fórmula del Ayuntamiento de Madrid, que también se plantea que los no residentes no puedan estacionar en el centro o limitar la circulación a la mitad de vehículos (días pares e impares, en función de su matrícula), sirve para evaluar el impacto de medidas contra la emisión de gases contaminantes.
Ante propuestas como estas, una de las soluciones más sencillas sería recurrir a los coches eléctricos. Este tipo modelos, con la etiqueta “Cero emisiones” de la Dirección General de Tráfico, no contaminan y, además, están exentos de las restricciones de tráfico. En el mercado eléctrico español, aún por despegar, hay casi una veintena de alternativas.
Librarse de las restricciones no es la única ventaja de los eléctricos: de momento, y a la espera de medidas más drásticas (y definitivas), los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona han reducido la tarifa de los estacionamientos regulados a estos vehículos y también a los señalados con la etiqueta ECO (híbridos, vehículos de gas licuado del petróleo y coches de gas natural), aunque la libertad para circular por el centro queda, exclusivamente, para los «cero emisiones».
El principal foco de los episodios de polución se encuentra en el exceso de óxidos de nitrógeno. Los motores de combustión expulsan óxido nítrico y dióxido de nitrógeno, una combinación nefasta culpable de varias enfermedades respiratorias. Y los coches diésel son los principales emisores. En 2025 no podrán circular por Madrid, según la intención del Consistorio.
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