Lancia ha sido el último ejemplo con el cese de su actividad el pasado mes de mayo, pero desde luego que no el único. Como la marca italiana del Grupo Fiat-Chrysler, son varias las empresas del sector de la automoción que han desaparecido en los últimos años o han abandonado el mercado español, provocando muchas incertidumbres entre los propietarios de sus vehículos. El cliente tiene un coche…, pero la marca ya no existe o no le presta servicio, al menos del mismo modo que anteriormente.
No nos referiremos a marcas históricas o de producción artesanal, sino a compañías que tuvieron una penetración relevante y, en algunos casos, que mantienen un parque circulante en España aún considerable. Casos como el de Saab, Daewoo, Rover o Galloper, con miles de unidades vendidas en España y que con su cierre dejaron en una situación de desamparo a los propietarios.
En la Unión Europea los fabricantes están obligados legalmente a suministrar piezas de repuesto para sus productos hasta diez años después de dejar de fabricarlos; además, existe un inventario significativo de componentes no originales que facilitan la sustitución en caso de necesidad. No existe un problema acuciante en este sentido para la mayoría de los modelos desaparecidos en ese plazo de una década, aunque su propietario quizá se vea obligado a cargarse de algo más de paciencia para acceder al componente que precisa para una reparación o sustitución por desgaste.
La asistencia oficial también desaparece al hacerlo la red de concesionarios, lo que aboca al recurso de otros talleres con las complicaciones que puede provocar el desconocimiento del producto en casos particulares como Hummer. Existen especialistas en algunas de estas marcas desaparecidas, en otros casos talleres que las representaron y mantiene su actividad siguen ofreciendo el servicio. Por ejemplo, en el reciente caso de Lancia ha sido el propio Grupo Fiat-Chrysler quien ha garantizado el servicio a todos sus clientes en 96 puntos de asistencia, amparados por el derecho legal de los citados diez años de cobertura.
Por desgracia, esta tranquilidad no está generalizada entre los propietarios de automóviles cuyos fabricantes desaparecieron ya hace más de una década, que pueden tener más problemas de los deseables para mantener en buen estado su vehículo, como es el caso de algunas de las que mencionamos a continuación. Los datos, entre paréntesis, sobre las unidades circulantes en España son los facilitados por Aniacam al cierre del pasado año
Chrysler (84.128 unidades)
La popular marca estadounidense se comercializó en España a través de un importador hasta 2011. Fue entonces cuando se integró en el Grupo Fiat y sus responsables modificaron su estrategia para Europa con la intención de priorizar Lancia (sin éxito, dicho sea de paso). Hasta ese momento, Chrysler logró buenos resultados en el mercado español, especialmente con el fenómeno de ventas de su monovolumen Voyager (incluyendo la versión superior Grand Voyager). Otros modelos, como el Neon o el 300 C, pasaron más inadvertidos.
Daewoo/Chevrolet (291.539 unidades)
La marca coreana tuvo una aceptación destacable en el mercado español con modelos como el Nexia, Nubira o Aranos. Productos de calidad aceptable a precios ajustados, interesantes para quienes básicamente necesitaban una solución de movilidad accesible. El grupo industrial se declaró en bancarrota en 1999 y la división automovilista fue adquirida por General Motors, que comercializó sus productos bajo el sello de Chevrolet desde 2005. Con la enseña americana mantuvo la actividad hasta 2011, fecha de su desaparición definitiva.
Galloper (34.777 unidades)
Galloper fue una división del Grupo Hyundai que, a finales de los 90, comenzó a producir en una planta de Mitsubihi en Corea del Sur versiones de la primera generación del todoterreno Montero. Su aceptación fue tal que solicitaron a la marca japonesa permiso para su exportación a otros países, llegando así a mercados como el español en 1998. Su actividad en España estuvo bajo el amparo de la propia filial de Mitsubishi, que creó así una segunda marca con notable éxito en el segmento de los todoterrenos.
Su precio era acorde al de un producto inferior al Montero y muchos clientes encontraron así una alternativa accesible a uno de los 4×4 de referencia. También vendieron un monovolumen bautizado como Santamo, pero la viabilidad del proyecto se vio comprometida y desapareció en 2003.
Lancia (60.374 unidades)
El Grupo Fiat-Chrysler decidió el pasado mes de mayo cerrar Lancia en todos los mercados europeos exceptuando el local italiano. La crisis de una marca legendaria resultaba ya insostenible para el conglomerado industrial, lo que precipitó una decisión que en el caso de España ya solo afectaba a la comercialización del utilitario Ypsilon. Para el recuerdo quedan otros modelos que emanaban diseño y deportividad, como el Fulvia, Stratos o Delta.
Hummer (1.239 unidades)
De la Guerra del Golfo a los concesionarios. Era la propuesta de Hummer con sus impresionantes todoterrenos, basados en los modelos militares utilizados en el conflicto de Irak. Con sentido algo discutible en mercados como el de origen, el estadounidense, sus H1, H2 y H3 se antojaban como una quimera en Europa, por las dimensiones de sus carrocerías y los disparatados consumos de sus motores.
Pese a ello, encandilaron a muchos conductores españoles pudientes como un símbolo de ostentación económica en aquella época de bonanza de los noventa. Sin embargo, los derroteros generales de la industria de la automoción eran bien diferentes y en 2009 la marca cesó su actividad.
Rover (191.185 unidades)
Nombre legendario de la industria británica, asociado a otro no menos relevante como MG. Nació con los albores del siglo XX, pero ni siquiera el poderío de un gigante como el Grupo BMW logró mantener a flote una marca que compró en 1994 para deshacerse de ella apenas seis años después, paso previo a su desaparición definitiva en 2005. Coches elegantes pero de calidad discutible que no estaban preparados para resistir las exigencias de un mercado cada día más global y complejo.
Saab (47.174 unidades)
Surgió para fabricar aviones en los años treinta del pasado siglo y una década después ya producían coches. Durante mucho tiempo, y junto a Volvo, representó la tecnología y la calidad de la industria sueca, aunque sin capacidad para sobrevivir en solitario. Llegaron a asociarse con Fiat para desarrollar productos a finales de los setenta y acabó siendo absorbida por General Motors en 1990.
Por desgracia, el grupo estadounidense tampoco fue capaz de hacer rentable la marca y se deshizo de ella en 2012 al venderla al consorcio chino NEVS, que siguió fabricando algunas unidades del Saab 9.3 para el mercado asiático. Ahora tiene planes de reflotar el nombre bajo el amparo de la movilidad eléctrica.
Tata (18.808 unidades)
La marca no ha desaparecido, entre otros motivos porque pertenece al grupo industrial más grande de la India, pero sus coches ya no se comercializan en España. Tanto sus turismos como sus todoterrenos estaban muy por debajo de las exigencias de calidad y seguridad de los mercados europeos, por mucho que su precio se beneficiase de ello.
Ha habido varios intentos de implantación de la marca en España, aunque parece poco probable que se concreten mientras que la evolución del producto no lo merezca. En todo caso, el importador nacional (Grupo Bergé) mantiene activa la atención al cliente, la venta de recambios y servicio oficial.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.