El Libro Guinness de los Récords está repleto de hitos que a menudo mucha gente intenta superar una y otra vez, pero hay algunos registros que se antoja difícil que lleguen a romperse. Parece el caso del vehículo autopropulsado más pesado del mundo, título que corresponde al Crawler Transporter 2 de la NASA.
Se trata de un vehículo antiguo. De hecho, los Crawler Transporter 1 y 2 son originalmente de 1965, cuando el organismo aeroespacial presentó a la pareja como los encargados de transportar sus cohetes desde las plantas de ensamblaje hasta las plataformas de lanzamiento.
El vehículo más pesado del mundo
Sin embargo, fue el número dos el que en 2012 empezó un proceso de actualización para poder llevar las naves modernas, todavía más pesadas. Y, por el camino, sumó una cantidad considerable de kilos que a día de hoy le han hecho lucir el récord en solitario: pesa 3.106 toneladas.
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Como es lógico, es un vehículo de gigantescas dimensiones, pues tiene una longitud de 39,9 metros y una anchura de 34,7 metros. La altura puede variar, llegando a un máximo de hasta 7,92 metros. Esto le permite crear una base enorme para transportar objetos voluminosos y enormes: puede soportar hasta 8.000 toneladas.
Es tan grande que para operarlo son necesarias dos personas, ubicadas en los extremos del vehículo, separadas en diagonal, para tener una buena visión de todo lo que le rodea.
Crawler Transporter 2: consumo de 19.000 litros
No tienen que preocuparse, eso sí, de alcanzar velocidades altas, ni siquiera medianamente rápidas. Y es que el Crawler Transporter 2 tiene una punta de 3,2 km/h si va descargado, que se reduce a la mitad si lleva lastre. Así, cuando tiene que hacer su recorrido habitual, de 6,7 kilómetros, tarda 12 horas en completar el proceso.
De mover tamaña mole se encarga un complejo sistema de propulsión que integra dos enormes motores diésel de 2.750 CV de potencia. Estos se encargan de impulsar cuatro generadores de 1.341 CV que mueven 16 motores de 375 CV cada uno. Alimentarlo es algo costoso, y es que tiene un gasto de combustible de 296 litros cada 100 kilómetros, por lo que su depósito es de 19.000 litros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.