El 20 de diciembre de 1973, el Dodge 3700 GT que trasladaba al presidente Luis Carrero Blanco a su misa matinal reventó cuando un comando de ETA hizo estallar 75 kilos de explosivos a su paso por el número 104 de la calle Claudio Coello, en Madrid. La imagen del enorme automóvil volando por encima de los edificios colindantes –repetida en infinidad de documentales y películas– forma parte de la moderna historia de España.
Medio siglo después, el Dodge es la pieza principal de la Colección museográfica del Automóvil del Ejército de Tierra, y puede visitarse en el Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Rueda nº 1 de Torrejón de Ardoz (Madrid).
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El Dodge 3700 GT era un coche de fabricación estadounidense, ensamblado en España por la empresa Barreiros. Este modelo, conocido por su robustez y potencia, era uno de los vehículos más lujosos y potentes disponibles en el mercado español de la época. Equipado con un motor V8 de 5,2 litros, el Dodge 3700 GT ofrecía una potencia considerable, lo que lo hacía adecuado para las necesidades de seguridad y transporte de altos funcionarios del gobierno.
Explosión en la calle Claudio Coello
El atentado tuvo lugar en la calle Claudio Coello de Madrid. ETA había excavado un túnel bajo la calle y colocado una gran cantidad de explosivos. Cuando el coche de Carrero Blanco pasó por encima del túnel, los explosivos fueron detonados, lanzando el vehículo a gran altura considerable y provocando el fallecimiento instantáneo del almirante y sus acompañantes.
La muerte de Carrero Blanco, una figura relevante del régimen franquista, alteró significativamente el curso de la transición política del país. El Dodge 3700 GT, por su parte, quedó inmortalizado en la memoria colectiva como el coche en el que se produjo uno de los atentados más notorios de la historia española.
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