He aquí el ejemplo de que, en muchas ocasiones, si se quiere se puede, y lo demás son excusas. El protagonista del vídeo es Bartozs, un drifter muy peculiar, ya que no tiene brazos. Aún así, domina el derrape utilizando un pie para los pedales, otro para el volante y el hombro para realizar los cambios de marchas. Chapó.
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