Austria acoge una de las competiciones de motor más llamativas del mundo, el GP Ice Race, una carrera sobre una pista congelada de 600 metros de longitud. Las condiciones son difíciles y los participantes tienen que recibir modificaciones si quieren tener oportunidad de tener éxito. Sin embargo, Bentley está tan segura del buen desempeño de su Continental GT que ha querido mantenerlo casi como el modelo de serie.
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Eso no significa, claro está, que el Bentley Ice Race Continental GT no tenga diferencias respecto al que cualquier cliente puede adquirir en un concesionario. Se ha aumentado ligeramente la altura libre al suelo y se han ensanchado las vías 15 milímetros para hacer hueco a los nuevos neumáticos, unos Pirelli Scorpion Ice Zero2 con clavos para maximizar el agarre. Tampoco faltan un sistema de escape Akrapovic, luces auxiliares de alto rendimiento firmadas por Lazer y un portaesquís hecho a medida.
El habitáculo se ha adaptado a la competición, contando ahora con dos asientos Sparco con arneses, jaula antivuelco y un sistema de extinción de incendios. Su apartado mecánico es el mejor que puede ofrecer el modelo, montando bajo el capó un motor 6.0 W12 biturbo que desarrolla 635 CV y 900 Nm de par máximo, y contando con ayudas como la suspensión neumática, el sistema antibalanceo de 48 voltios y los discos de freno de hierro.
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