Mercedes se adentra en la categoría del éxito, los todoterrenos compactos, con su nuevo GLA, que comparte base mecánica con el Clase A y es la alternativa exclusiva al Nissan Qashqai, el líder de ventas. El modelo alemán destaca por su imagen estilizada, que recuerda más a una ranchera que a un 4×4, y también por su calidad de conjunto y suavidad de marcha. Llegará en marzo con tarifas a partir de 31.150 euros (diésel) y 35.600 (gasolina), y sus competidores más directos son los Audi Q3, BMW X1 y Range Rover Evoque.
El GLA mide 4,41 metros de largo e incluye cinco plazas y un maletero de 421 litros. El salpicadero es el mismo del Clase A, pero ofrece más espacio interior y capacidad de carga, lo que le convierte en una alternativa mejor como vehículo familiar.
De momento se anuncian cuatro motores, que corresponden a las versiones GLA 200 y 250 en gasolina (156 y 211 CV) y GLA 200 CDi y 220 CDi (136 y 170 CV) en diésel. El cambio es manual de seis marchas en los 200 y 200 CDi, y automático 7G-DCT de siete marchas y doble embrague en los 250 y 220 CDi (opcional en los primeros). La tracción es delantera en todos, pero los 250 y 220 CDi pueden llevar también 4×4. Los cuatro destacan por su eficiencia y tienen unos consumos oficiales bajos: de 4,3 a 4,9 litros en diésel, y de 5,9 a 6,5 en gasolina. Además, se ofrece una versión deportiva GLA 45 AMG, con 360 CV.
Para la suspensión hay varias posibilidades: la normal, una deportiva rebajada y otra más campera (a partir del próximo verano) que aumenta la altura libre al suelo. Por lo demás, toda la gama viene de origen con siete airbags y control de estabilidad, aire acondicionado, equipo de música, llantas de aleación, USB y bluetooth, y avances de seguridad como detector de fatiga y alerta de colisión frontal.
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